El Govern estudia otra ecotasa. Solo un año después de la entrada en vigor del llamado Impuesto de Turismo Sostenible, con el que se cobra un tributo por cada pernoctación en las islas, el vicepresident y conseller de Turismo, Biel Barceló (Més), explica que están analizando la opción de instaurar un gravamen sobre los coches de alquiler. La idea surge como respuesta a la saturación que el pasado verano sufrieron las carreteras de la isla. Fue en parte consecuencia, dicen, de la avalancha de vehículos de rent a car llegados desde la península para operar en las islas sin estar registrados en ellas, como sería el caso de entre 40.000 y 70.000 coches.

Ese fenómeno, calificado de "invasión" por las patronales de alquiler que agrupan a trescientos pequeños y medianos empresarios locales del sector (con alrededor de 25.000 coches, según sus propios datos), ha puesto en marcha al Govern, que está evaluando el encaje legal que una ecotasa así tendría en la normativa europea y estatal. "Hemos pedido a la Conselleria de Hacienda que lo estudie, y en ello están. Hay que diseñarlo muy bien, porque te lo pueden impugnar a las primeras de cambio, por eso en Hacienda son muy prudentes al respecto y lo quieren revisar bien antes de tomar cualquier decisión", aclara el vicepresident del Govern, en una entrevista con Diario de Mallorca.

En su departamento, el de Turismo, se han encargado antes de evaluar la necesidad de tomar medidas. Y la conclusión es que sí, que es preciso actuar para controlar el volumen creciente de tráfico y reducir el castigo ambiental que eso supone. "Hemos comprobado que hay problemas de exceso de presión de los rent a car y se nos ha llegado a pedir que limitemos las flotas que entran en la isla. Hemos estudiado esa y otra opciones, pero la realidad es que el contexto legal no nos permite limitar las entradas, pero sí nos deja opciones por el lado de la fiscalidad ", explica el vicepresident del Govern, que se declara consciente tanto de la preocupación existente en el sector local por el exceso de competencia, como del malestar de parte de la ciudadanía y de todos los movimientos ecologistas con el aumento del tráfico en las islas.

Para conciliar ambas sensibilidades, Barceló apuesta por un impuesto "progresivo, que sea mayor en función del tamaño de la flota de cada empresa". Ese planteamiento parece asumir la tesis de las patronales locales, que cargan contra la llegada descontrolada a las islas de flotas de multinacionales que operan en toda Europa. Las acusan de hacer competencia desleal,competencia desleal aprovechando que pagan impuestos de circulación más bajos de los que lastran la competitividad de los empresarios de las islas.

Competencia desleal

De eso hablan precisamente en Turismo, donde lamentan la poca cooperación que están teniendo por parte de las principales compañías. La mayoría tienen sus vehículos registrados en ayuntamientos de municipios de la Comunidad de Madrid, en los que el impuesto de circulación es mucho más barato. Desde allí los mandan a las islas para hacer la temporada. Una vez en Balears, las empresas deben registrar ante el Govern una Declaración de Inicio de Actividad Turística, en la que además han de detallar el número de coches que ponen en circulación. Pero no lo hacen, para mosqueo de los responsables de Turismo, que confiesan que por eso no saben exactamente cuántos coches sin registro hay en las islas.

De ahí la determinación del Govern a tomar medidas. Primero lo hicieron reclamando sin éxito que se obligase a estas empresas a pagar el impuesto de circulación en la comunidad en la que operan, no en la que les salga más barato, como hacen. Y ahora desde el Govern atacan el fenómeno por dos vías: mientras estudian la nueva ecotasa, preparan inspecciones para esta temporada, con las que tratarán de paso de averiguar cuántos coches no registrados hay. Que cada vez son más: en total hay unos 100.000 vehículos de alquiler, todos moviéndose a la vez por unas islas al límite de capacidad.