"El hecho de que la sanidad pública no cuente con alergólogos entre sus especialistas supone un agravio porque mientras las personas con mayor poder adquisitivo pueden suscribir un seguro médico privado y acceder a los de las clínicas privadas, las que tienen menos recursos no pueden permitírselo", subraya Albert G. Oehling, presidente de la Sociedad Balear de Alergología.

Además, a juicio de este especialista, un alérgico con un diagnóstico poco claro puede ser mareado en la sanidad pública al ser remitido hasta a cuatro especialistas diferentes -neumólogos, dermatólogos, otorrinos e inmunólogos- hasta que se consiga determinar qué agente es el causante de sus problemas. "Se marea al paciente y, seguramente, el resultado final será más caro que contar con un especialista que abarque todas las vertientes y posibilidades de esta patología", razona.

El presidente de esta sociedad científica calcula que habrá unos trece alergólogos trabajando en las islas, doce de ellos en Mallorca y uno en Eivissa. "A Menorca se desplazan regularmente especialistas desde Barcelona", completa.

Oehling, que no entiende que una comunidad en la que la prevalencia de pólenes es mayor por la humedad no tenga alergólogos públicos, circunstancia que se ha agravado por el cambio climático, reclama un servicio de este tipo en cada hospital público y recuerda que la OMS aconseja un profesional de esta especialidad por cada 50.000 habitantes.