Francina Armengol sabe que su socio de Govern, Més, está muy tocado por la crisis de los contratos adjudicados a su estratega electoral, Jaume Garau. Pese a ello, no tiene ninguna intención de convocar elecciones en el caso de que Més per Mallorca siga los pasos de Més per Menorca y abandone el Govern, a raíz del escándalo y de su encarnizado enfrentamiento con el otro socio del Pacto de izquierdas, Podemos. Armengol se siente fuerte para seguir gobernando lo que le queda de legislatura con acuerdos puntuales y, en todo caso, nombraría consellers socialistas en sustitución de los tres de Més.

La jefa del Govern recordó a este periódico que "convocar elecciones es una potestad que tengo como presidenta y no tengo ninguna intención de hacerlo". El equilibrio de fuerzas del Parlament juega a su favor. Es prácticamente imposible una moción de censura en su contra, ya que Armengol sabe que Podemos no se unirá al PP para desbancarla de la presidencia de la máxima institución de las islas.

De igual modo, en el PP tampoco están muy por la labor de afrontar unas elecciones autonómicas por la vía de la urgencia. Acaban de elegir a su líder, Biel Company, y necesitan más tiempo para reorganizar el partido tras la guerra con el expresident José Ramón Bauzá.

Armengol confía en que Més continúe en el ejecutivo autonómico, pese al calvario que está padeciendo. No obstante, en el seno de los nacionalistas que lidera el vicepresidente del Govern, Biel Barceló, hay voces partidarias de seguir el camino que emprendió su franquicia menorquina de dejar el Govern a raíz de la destitución de la consellera de Transparencia, Ruth Mateu, y seguir dando apoyo externo a PSIB-PSOE.

Esta situación no altera a Armengol. La presidenta cree que aplicando los acuerdos para el cambio y pactando los presupuestos llegará sin problemas a final de legislatura, aunque sus socios de Més decidan dar un paso atrás.

El pulso con Podemos

El órdago lanzado el miércoles por sus socios externos, al dar hasta el lunes al vicepresidente Barceló para que dimita, se puede elevar en los próximos días.

La presidenta del Govern se puede encontrar sobre la mesa una exigencia de los podemitas de que, visto que Barceló no ha dimitido por el escándalo de los contratos, sea ella quien lo destituya de sus cargos de vicepresidente y conseller de Turismo. No obstante, la presidenta del Govern no piensa escuchar esta petición del partido de los círculos, según fuentes del Consolat. Ella está decidida a mantener a Biel Barceló en su puesto aunque los podemitas se atrincheren pidiendo la cabeza del vicepresidente. Otra cosa es si es Més que decide marcharse del Govern o es el propio Biel Barceló que, fruto de la fuerte presión que está viviendo, decida presentar la dimisión.