No hay alquileres baratos. Y los pocos que salen vuelan horas después de que las inmobiliarias los den de alta. Hace tiempo que los profesionales han detectado la burbuja de los arrendamientos residenciales. Y señalan claramente a los propietarios.

"Hay personas que se han quedado fuera del mercado de alquiler por la subida exagerada de precios. Los propietarios pretenden subir la renta de un año para otro, sin respetar los contratos. Quieren aprovecharse de la situación y nosotros nos tenemos que pegar con ellos para que respeten lo firmado", valora Javier Andreu, de Mallorcasa.

"Los pisos más económicos vuelan. Hace un año había bastante oferta de 550 o 600 euros. Ahora prácticamente no hay nada por esas cantidades. Lo que hace un año valía 600, ahora vale 700 o 750. Y no es nada del otro mundo", admite Andreu. "La realidad es que ahora el propietario puede pedir lo que quiera", sentencia.

Con miles de pisos de la isla ofertándose como alquiler turístico, el parque residencial, muy escaso, ha disparado su valor.

"Los alquileres baratos de entre 550 y 650 euros duran horas. Una mañana como mucho. De todos modos, casi no nos entran pisos asequibles. Hace poco hemos alquilado uno en la zona de Son Malferit por 850 euros. El año pasado estaba a 700", argumenta Teo Rodríguez, de Palma Piso.

"No nos necesitan"

"Aprietan mucho las tuercas porque saben que pueden pedir más. El problema es que algunos pretenden incrementar el precio a mitad del contrato. Eso no es legal, los primeros tres años solo pueden subir el IPC. Pero preguntan si pueden hacerlo. Nosotros nos vemos en la obligación de ejercer de mediadores y frenarles", valora Rodríguez, que ve una clara relación con el 'boom' del alquiler vacacional.

"Hay una conexión. El propietario sabe que hay muy poca oferta de alquiler residencial y cree que puede sacar tajada. Nosotros rechazamos llevar alquiler vacacional. Es un mercado muy complicado y necesitas una especialización", concluye.

En el Grupo Roma han arrinconado los arrendamientos. "Ya no aceptamos alquileres porque es absurdo. Vamos al piso, hacemos las fotos, lo damos de alta y al cabo de unas horas ya lo han alquilado. Al final has trabajado para nada", lamenta Raquel Martínez.

"Los propietarios están poniendo unos precios desorbitados. Pero da igual. Hay tanta demanda que no nos necesitan, sacan el piso por su cuenta y enseguida tienen a alguien", ilustra.