El teléfono ha estado sonando de continuo esta mañana en la sede de Lipopharma, la empresa nacida vinculada a la Universitat que hoy ha saltado a los titulares después de que dos de sus socios, catedráticos de la UIB, fueran llamados a declarar por la Policía Nacional la semana pasada por supuestamente haber comercializado un medicamento contra el cáncer de forma fraudulenta.

Trabajadores y altos cargos de la spin off están hoy en la sede y aunque no quieren hacer declaraciones "al estar todo judicializado". Sí han señalado que Lipopharma está al margen de esta supuesta actividad y que como empresa no han comercializado ningún medicamento.

En el Parc Bit, donde Lipopharma arrancó su actividad en 2007, se ha acogido con incredulidad la noticia. Empresas ubicadas en el mismo edificio han asegurado desconocer lo ocurrido y se han sorprendido: "Si esta mañana mismo están por aquí".

En el campus, el tema es la comidilla de pasillos y despachos. Los profesores de distintas facultades barabajan nombres y algunos lamentaban el golpe que supone para el prestigio investigador de la institución una noticia así: "Lo que nos faltaba", ha resoplado un responsable de un importante departamente de investigación.

Mientras, el equipo rectoral -que celebra además la ceremonia de honoris causa de Carme Riera- se reunía de urgencia al enterarse del comunicado del ministerio de Interior (primera noticia que tenían sobre lo sucedido).

Se espera que a las 13 horas comparezca el rector, Llorenç Huguet, el vicerrector de Investigación, Jaume Carot, y la presidenta del Consell Social de la UIB, Xisca Mas.