Terraferida lamentó ayer que, si bien la reforma de la Ley de Turismo aprobada por el Govern reconoce el problema de la saturación, "no pone un techo claro de plazas turísticas" en las islas, amnistía las existentes sin reducirlas y no articula medidas a la altura de la problemática existente. La entidad conservacionista considera que la regulación del alquiler vacacional aprobada ayer en el Consell de Govern con la reforma de la Ley de Turismo "llega tarde y mal, porque el alquiler turístico ya generaba problemas graves hace dos años", ha informado el colectivo en un comunicado.

Reprocha al Govern que haya "perdido un tiempo precioso para evitar que el problema adquiriera la dimensión actual" y que no haya acordado antes una moratoria que se hubiera podido incluir en el decreto ley 1/2016 aprobado en enero del año pasado y evitar el "efecto llamada", generado mientras se ha tramitado la reforma.

Terraferida recuerda que, según el Colegio de Arquitectos, la edificación turística se encuentra en máximos históricos. Según la entidad, falta un diagnóstico fiable del número de plazas, incluidas las de alquiler vacacional legales e ilegales, y el Govern "sigue sin reconocer que las islas tienen más de 600.000 plazas turísticas, lo que le obligaría a cerrar decenas de miles que son ilegales".

Terraferida ha criticado que la reforma deja la puerta abierta al aumento del techo de plazas por parte de los consells.