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Entrevista

Francisco Martínez: "Los jueces de Baleares están a la cabeza de la lucha contra la corrupción pese a la falta de medios"

"No sufrí presiones como decano para dar un trato de favor a la infanta Cristina cuando

Francisco Martínez Espinosa será decano de los juzgados hasta finales de este mes Fotos de Manu mielniezuk

-¿Cuál es el balance de sus doce años como decano de los juzgados unipersonales de Palma?

-Es positivo. Se podría destacar que hemos creado nuevos órganos judiciales y hemos experimentado mejoras puntuales, pero lo más importante es el cambio de percepción de la Justicia de cara a la sociedad en estos doce años. Se han abierto puertas; se ha mostrado cómo funciona la Justicia, con sus carencias; se ha dado una imagen diferente de la figura del juez, que ya no es esa persona que lo abarca todo, sino que también se le deben garantizar sus derechos laborales y su salud; y se ha producido un acercamiento a los medios de comunicación. Cabe reconocer que la percepción no es todo lo buena que debería ser y que queda mucho por hacer.

-¿Por qué no se presenta para un cuarto mandato?

-He completado una etapa con tres mandatos y ahora no tiene sentido aferrarse al cargo o mantenerse de manera estéril. Hay que pasar el testigo a un compañero y que trabaje para mejorar la Justicia.

-Usted regresa a su plaza de juez de vigilancia penitenciaria, ¿es especialmente conflictiva la cárcel de Palma en cuanto a presuntas agresiones a internos o ataques de éstos hacia los funcionarios?

-Creo que en el centro penitenciario de Palma no existen más conflictos que los que puede haber en otros lugares. Tampoco tengo la perspectiva para comparar lo que sucede en otros centros penitenciarios. Retomo mi destino con ilusión y voy a hacer mi trabajo con rigor y eficacia.

-¿Qué opina de la supresión del formato papel en los juzgados o la implantación del expediente electrónico?

-El expediente digital se está imponiendo en las Administraciones y se está instaurando en la Administración de Justicia. Esta última, quizás, tiene menos componentes burocráticos que otras Administraciones y se presta menos. Por ejemplo, en los juzgados hay detenidos y se toman declaraciones. Hay que asumir los cambios, pero es necesario que lo hagan bien. Los resultados no son los adecuados. No se puede decir que el usuario que detecta esas dificultades (para operar con los ordenadores) y se queja es una persona reticente al cambio. Otra cosa distinta es la pregunta de si las personas somos nativos digitales o nuestro cerebro es analógico. En la Justicia hay muchos documentos que se deben estudiar y subrayar para poder trabajar con ellos.

-¿A qué se deben los continuos fallos en los ordenadores, que han sido bautizados como el caos informático?

-A pesar del esfuerzo que se está haciendo, creo que no se está liderando bien este tema desde Madrid. Tenía que llevarse desde aquí (las islas) por inmediatez, impulso, formación y para rectificar sobre la marcha los errores. Desde Madrid no se consigue esa inmediatez. Por otro lado, las herramientas informáticas con las que trabajamos no son las idóneas.

"Llevamos años fundamentando la necesidad de nuevos juzgados, pero no nos dan respuesta"

-¿Qué repercusiones entre jueces, fiscales, funcionarios y otros operadores está teniendo esta situación?

-Las repercusiones son doblemente perniciosas. Por un lado, los fallos informáticos ralentizan el trabajo y hacen que éste se alargue, se corte o se pierda el ritmo. Eso afecta a la operatividad. Por otro lado, genera desesperanza y desmotivación y no hay implicación en el proyecto. Esto es crítico.

-¿Solucionará alguna vez el problema el ministerio de Justicia?

-Eso habría que preguntárselo a él. Espero que sí. Primero porque el ciudadano tiene derecho a una Justicia ágil y eficiente. Después, por la credibilidad del sistema, que no puede fallar.

-¿A qué se debe que los dos juzgados de violencia sobre la mujer de Palma hayan pedido un tercer juzgado de refuerzo?

-Obedece a que han sobrepasado los parámetros sobre carga de trabajo y ven necesario otro juzgado. Nosotros (la sala de Gobierno del TSJB) lo apoyamos y lo hemos puesto en la Memoria Judicial. Pero no son los únicos: hacen falta juzgados en primera instancia, mercantil, contencioso-administrativo y lo social. Llevamos años pidiéndolos y redactando memorias e informes rigurosos para justificar su necesidad, pero no recibimos respuesta satisfactoria. Te queda la sensación de que los informes y las solicitudes son un brindis al sol.

-¿El señalamiento de un juicio por una demanda de despido para junio del 2018 en los juzgados de lo social de Palma es impartir Justicia?

-Creo que no, al menos no es la Justicia que desea un ciudadano y a la que tiene derecho. Esta situación es fruto de todos estos años en los que había un único juez al frente de un juzgado con una carga de trabajo que duplica o triplica la deseable. Por eso se van postergando los señalamientos (de juicios). Lo ha denunciado la junta de jueces y no ha habido respuesta. Es una situación perversa. El juez se plantea el dilema de "hago lo que tengo que hacer, hago mi trabajo como corresponde y los ciudadanos se desesperan al ver que los casos se demoran dos años o me vuelco en cuerpo y alma y me cuesta mi salud o mi familia". Es tremendo colocar al juez en esa disyuntiva.

-¿Qué medidas se están adoptando y cuáles se podrían aplicar para paliar los retrasos de los juzgados de lo social?

-Las medidas de refuerzo (de los juzgados) son paliativas y se tenían que haber adoptado en 2008 o 2009. No se optó por la solución adecuada que era doblar el número de juzgados. La situación ideal sería que, además de reducir el número de asuntos fomentado el arbitraje, doblar el número de juzgados, pero, repito, se debería haber adoptado hace años."El cambio informático en los juzgados se debería liderar desde Palma y no desde Madrid"

-En junio habrá un juzgado de primera instancia de Palma dedicado en exclusiva a las demandas por cláusulas de suelo o por reclamaciones sobre condiciones generales de contratación. ¿Este juzgado nace muerto?

-La situación no es exactamente así. El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) elegirá uno de los 20 juzgados de primera instancia de Palma para que se acoplen, por así decirlo, los dos juzgados de refuerzo que van a llevar estos asuntos. El juzgado elegido no llevará estas demandas y seguirá con sus asuntos. Nos movemos en una gran incerteza. No sabemos a partir de junio la carga de trabajo de estos dos juzgados bises. Hemos hecho un cálculo aproximado y hemos llegado a la conclusión de que las cláusulas de suelo y las demandas sobre condiciones de contratación supondrán entre el 20 y el 22% de los asuntos que entran en un año en un juzgado de primera instancia de Palma. Se habla de arrancar con dos juzgados, pero igual hay que crear más o, a lo mejor, la carga es menor. Si no se adecuan los juzgados a su volumen de trabajo en vez de una solución tendremos un problema.

-¿Pero no hay espacio para esos dos juzgados en sa Gerreria?

-No hay espacio y también hay en perspectiva crear un tercer juzgado de lo mercantil. La solución pasaría porque el ministerio de Justicia alquile otro edificio para instalar esos juzgados.

-¿Sería buena para Palma la construcción de una Ciudad de la Justicia?

-Ya lo propuse cuando salí elegido decano en 2005. Sería útil y facilitaría el trabajo de los abogados y el acceso de los justiciables a la Justicia. Pero habría que dotarla bien de medios y de espacio suficiente para futuras necesidades.

-Usted ha vivido la década dura de lucha de jueces, fiscales, Hacienda y Policías contra la corrupción (2006-2016) ¿Qué balance hace de esa lucha?

-Es totalmente positivo. No hay más que ver los resultados en la hemeroteca judicial. Se podría decir que no ha habido en ninguna otra comunidad resultados tan buenos y eso con la escasez de medios que tenían los jueces. Aquí conseguimos dotar de jueces de refuerzo a los juzgados con grandes causas y así los jueces titulares han podido volcarse en los casos de corrupción. Sin estos jueces de refuerzo no lo habrían conseguido."La Policía me dijo que la Infanta tenía que llegar en coche a los juzgados y lo acepté"

-¿Recibió presiones para dar un trato de favor a la Infanta cuando declaró en Palma?

-No. Lo único que recibí fue un informe policial redactado a instancias mías y en el que se postulaba que, por razones de seguridad, la Infanta accediera en coche a los juzgados. Lo coherente fue aceptarlo.

-¿Por qué defendió que los medios de comunicación pudieran acceder al patio de los juzgados para captar a doña Cristina?

-Lo hice porque creo que los medios de comunicación tienen un papel trascendental en un Estado de Derecho y una función fundamental reconocida por la Constitución. Una vez solventado el problema de seguridad de la Infanta no tenía sentido establecer limitaciones a la prensa.

-¿Cuál es el principal problema de la Justicia?

-El gran caballo de batalla es la falta de jueces. En España hay una ratio de jueces por habitantes menor a la de otros países europeos y, además, es un país con elevados índices de litigiosidad. Pero los jueces no se forman en un día y sigue entrando papel (casos) y detrás de cada papel hay una persona que busca una Justicia ágil y eficiente. La respuesta al problema es lenta.

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