La grave amenaza sufrida el pasado martes por la noche por uno de los agentes que está trabajando en la investigación de la corrupción policial, a quien un desconocido apuntó con un revólver, ha vuelto a encender la polémica sobre las medidas de seguridad que se deberían adoptar para proteger a los investigadores. Aunque en ciertos momentos se desarrolló un plan de vigilancia para garantizar la seguridad de estos funcionarios, en estos momentos las fuerzas de seguridad, que dependen del Minisiterio del Interior, no tienen ninguna orden para proteger a los investigadores, apesar de las numerosas amenzas y coacciones que están sufriendo, según confirmaron fuentes próximas al caso.

El episodio más grave que se ha producido hasta el momento ha sido, sin duda, el que sufrió un agente que en la noche del martes fue apuntado con una pistola. Quien portaba el arma era el copiloto de una motocicleta de color oscuro, que al situarse a la altura del coche que conducía el investigador, le colocó el revólver a escasos centímetros de la ventana del vehículo. Por fortuna, el funcionario reaccionó rápidamente. Giró el volante para salirse de la carretera, al tiempo que agarraba su arma reglamentaria y realizaba dos disparos a través de la ventanilla del coche. Ninguno de los proyectiles alcanzó ni al conductor de la moto, ni a su acompañante, que huyeron del lugar de los hechos.

La Policía Nacional ha iniciado una investigación, pero nadie duda que este episodio está directamente relacionado con el caso de la corrupción policial. Pocos datos se conocen de los dos individuos que iban en la moto, porque la víctima no tuvo tiempo a fijarse en la matricula. Sin embargo, entre los investigadores se considera que, bien podría tratarse de alguno de los policías locales implicados en la trama corrupta, o alguna persona relacionada con estos individuos.Asistencia médica

La víctima de este episodio de amenazas tuvo que recibir asistencia médica, debido a su estado de nerviosismo, antes de prestar declaración ante la Policía Nacional.

No es la primera vez que alguno de estos funcionarios sufre un episodio de amenazas. Hace pocas semanas el fiscal Miguel Ángel Subirán también fue amenazado de muerte por dos individuos que iban a bordo de una furgoneta. El fiscal iba caminando por la calle cuando, de pronto, el vehículo se situó a su altura. Ambos ocupantes llevaban el rostro tapado. El que se dirigió al funcionario fue el copiloto. El individuo, además de insultarle, le realizó un gesto amenazante con la mano, simulando que iba a cortarle el cuello. A continuación, el conductor aceleró y huyó. El fiscal presentó una denuncia ante la Policía, que inició una investigación, si bien hasta el momento no se ha obtenido ningún resultado.

El fiscal Subirán ya ha acudido varias veces para denunciar que desde que interviene en la investigación sobre la corrupción policial, ha sido coaccionado o amenazado. Varias veces ha detectado que desconocidos han entraron en su domicilio. Pero, además, también lograron acceder al garaje del edificio donde vive para robarle su motocicleta.

La única vez que Subirán ha contado con protección fue el pasado verano, por decisión expresa de la anterior fiscal general del Estado. La Guardia Civil le vigilaba día y noche,porque cerca de su casa se instaló un policía investigado.Condena de Cort

Por su parte, el ayuntamiento de Palma mostró ayer su "enérgica condena" por el ataque sufrido por el investigador. "No consentiremos de ninguna manera ninguna amenaza o ataque a funcionarios o agentes que colaboren con la justicia", señaló Cort en un comunicado. El equipo de Gobierno hizo llegar su "solidaridad" al agente que fue intimidado el martes y reiteró además su "apoyo y agradecimiento" a estos funcionarios por la labor que desarrollan.