Una nueva avería, atribuida al sistema de comprobación de las claves de acceso, provocó ayer por la mañana el enésimo apagón informático en los juzgados y tribunales de las islas, que apenas pudieron despachar algo de trabajo.

A diferencia de otros días, algunos funcionarios sí que pudieron empezar a trabajar con sus ordenadores, pero al cabo de unos minutos el sistema cayó. Otros jueces, secretarios, funcionarios y fiscales no pudieron acceder al quedarse colgados sus ordenadores.

El anterior colapso informático ocurrió el pasado 6 de marzo y afectó a todas las Comunidades Autónomas sin competencias en la materia y que dependen del ministerio de Justicia.

Según informó ese departamento días después, la avería no estuvo originada en los servidores sino que se debió a problemas en las claves de acceso del personal. Los ordenadores ese día no reconocían la identidad de los usuarios.

Comisiones Obreras lamentó ayer los repetidos fallos en los ordenadores judiciales y añadió que Justicia volvía a atribuir el colapso de ayer a fallos en el sistema de acceso.

Mesa sectorial

Desde el sindicato se denunciaron los "graves problemas" que los reiterados fallos informáticos están causando al personal judicial y se pidió la convocatoria de una mesa sectorial con Justicia para analizar la situación.

La última avería coincide con el llamamiento que el pasado viernes hizo el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Balears (TSJB), Antoni Terrasa, al ministerio de Justicia para que remedie los problemas informáticos.

Según Terrasa, los problemas han surgido con ocasión de la implantación del expediente judicial telemático y la desaparición del soporte papel, un cambio que el magistrado calificó de ambicioso y positivo, pero improvisado en su puesta en práctica.

El presidente del TSJB explicó que el Ministerio no ha previsto determinadas especificidades de algunas jurisdicciones o de determinados colectivos, omisiones que se están tratando de subsanar sobre la marcha.

Hasta ahora los fallos en los ordenadores judiciales se atribuían a la obsolescencia de los principales programas informáticos y a la unificación en Madrid de los servidores informáticos.