Més expulsó ayer del partido a Jaume Garau, beneficiario de los contratos que firmó con el Govern sin concurso público a través de sus empresas para la elaboración de seis informes que le reportaron 154.000 euros. La formación econacionalista se vio forzada a echar a su estratega electoral durante la pasada campaña y gurú de Biel Barceló en un intento por acotar el tsunami de críticas que está recibiendo por un escándalo que también se cobró la cabeza de la consellera de Transparencia y Cultura, Ruth Mateu.

Garau pudo haber sido lo que hubiera querido en el actual Govern, pero rechazó un cargo público para centrarse en sus proyectos empresariales. Los mismos que ahora le han costado ponerse en el ojo del huracán, situando a su vez a su ya expartido en el centro de un escándalo político de enorme magnitud.

Garau facturó dos de los seis contratos a la conselleria de Cultura de la dimitida Ruth Mateu, también de Més. Un 'Estudio de públicos de la Orquestra Simfònica de las Illes Balears', por valor de 21.175 euros. Y un informe sobre el 'Impacto económico de las actividades culturales y hábitos de consumo cultural de las Illes Balears', por el mismo precio.

Doctor en Económicas y militante del PSM desde los 16 años, Garau también cobró al Govern por un informe sobre el tejido empresarial de Balears; un Barómetro de satisfacción turística que le encargó la Agencia de Turismo de Balears; una asistencia técnica para un Plan de Desarrollo Rural que impulsa la conselleria de Medio Ambiente; y un estudio sobre el Plan Estratégico y Memoria del Proyecto Litoral de Ponent encargado por el departamento de Urbanismo de Cort. Todas las administraciones que le contrataron están dirigidas por cargos de Més.

Se desliga de la formación econacionalista el hombre que mayor influencia ha ejercido sobre Barceló. "Biel solo escucha a Jaume Garau", dictaminaban en 2015 destacados miembros del partido. "No tiene equipo", remachaban para enfatizar el poderoso ascendiente que el economista tenía sobre el vicepresidente del Govern y conseller de Turismo.

Garau patrocinó desde la sombra nombramientos menores en departamentos controlados por cargos econacionalistas. También se apuntó algún fracaso, como cuando intentó colocar a su amiga Irene Moyà como secretaria técnica de Barceló. Guillem Balboa, futuro alcalde de Més en Alaró, puso el grito en el cielo porque Moyà era la pareja del anterior regidor del PP, Joan Simonet. La crisis, que amenazó con escindir el partido en Alaró, terminó con la amiga de Garau reubicada en la Agencia de Turismo.

Fiel a Barceló

En agosto de 2015 el economista, todavía paladeando el éxito de la campaña electoral que había diseñado para la formación econacionalista, valoraba la figura de Barceló en una entrevista publicada por este diario: "Nunca le vi de president, aunque tiene una paciencia infinita y lleva nueve años cosiendo en Més. Puede parecer blando porque no es un líder mesiánico. Es un político de futuro, no un macho alfa".

Garau desveló en esa misma entrevista que durante la pasada legislatura el PP le encargó trabajos "por valor de 300.000 euros". El gurú siempre ha sido apreciado a derecha e izquierda, pero está por ver si sobrevivirá a esta tormenta.