La ya exconsellera Ruth Mateu fue el principal azote contra la corrupción del PP de la era Matas. La sentencia del Caso Cola Cao la cita como una de las personas que relató ante la juez todo lo que ocurría y los amaños que se realizaban. Ha pasado de ser una acusadora a ser señalada por no haber detectado presuntas prácticas extrañas en su propia conselleria.
En concreto, Mateu fue testigo de cargo en el Caso Cola Cao y el presunto amaño de contratos en el Consorcio de Desarrollo Económico de Balears (CEDEIB) que provocó el encarcelamiento de la entonces gerente Antònia Ordinas y del que fuera conseller Josep Juan Cardona. Mateu entonces era administrativa del citado consorcio y su testimonio fue clave para destapar la trama. La sentencia explica que en su declaración ante la juez, Mateu relató cómo "la señora Ordinas le encargó la contratación y ella le contestó que el procedimiento administrativo tenía unos trámites que se tenían que seguir. Ordinas le contestó que primero se contrataba y luego se hacía el expediente. Que el evento se hacía con la empresa que se había dado en mano y luego se revestía el expediente con dicha empresa".
Un día como ayer, después de que este periódico desvelara que la conselleria de Mateu fraccionó un contrato con el estratega de la campaña de Més, Jaume Garau, leer las declaraciones de la exconsellera ante el juez del caso Cola Cao resulta más que sorprendente. No se entiende cómo Mateu, que vio perfectamente cómo se "vestían" los contratos en su época de funcionaria cuando gobernaba el PP, haya permitido que ocurran prácticas extrañas en su conselleria. En otro apartado, Mateu también desveló que ella "veía que se pagaba mucho más por lo que antes se pagaba menos". Curioso que Ruth Mateu una vez subida en su coche oficial como consellera se haya olvidado de lo que vio y denunció de las corruptelas del PP.
Un miembro del Govern: "Hoy el PP puede haber ganado las elecciones" de 2019
Los contratos en forma de minas políticas de los chicos de Més han sembrado la pesadumbre entre la izquierda de Balears. Ayer, después del Consell de Govern, un miembro del Ejecutivo realizó ante unos pocos un vaticinio fatídico: "Hoy, puede que el PP haya ganado las elecciones". Sus interlocutores asintieron con la cabeza al escuchar el comentario emitido en castellano. El mazazo es de dimensiones descomunales y, pese a destituir a la consellera Ruth Mateu, la crisis del Govern será difícil de atajar. No hace ni dos meses que salieron del sainete de Podemos con Xelo Huertas y ahora entran de lleno en los contratos del gurú de Més que sus compañeros de diferentes departamentos le han dado a dedo. En el entorno del Consolat entienden que esta crisis es de las que no se olvidan fácilmente para el votante. Además, tiene el inconveniente que quien tendrá que mojarse para defender a sus socios será Francina Armengol cada martes en el Parlament. Una Armengol que, pese a no ser de Més, será la diana de la oposición.
Jaume Garau intentó sin éxito vender el barómetro turístico al Consell
El estratega electoral de Més, Jaume Garau, también expulsado ayer de la formación nacionalista, intentó sin éxito vender un contrato para realizar un barómetro de satisfacción turística al Consell de Mallorca. Lo que ocurrió es que los responsables de Turismo de la institución insular, del PSIB-PSOE, declinaron la oferta, argumentando que sabían que el Govern estaba confeccionando uno. Efectivamente, uno de los contrato a dedo que le dio la Vicepresidencia y conselleria de Turismo fue precisamente un barómetro de satisfacción turística. Garau, en vista de los resultados, se manejaba mejor con los cargos de Més. No en vano él, como el gran gurú, digitó a una gran cantidad de directores generales.
El estratega electoral declinó ser el hombre fuerte de Biel Barceló en Turismo
Biel Barceló quería que Jaume Garau fuera su hombre fuerte en la vicepresidencia y conselleria de Turismo. Sin embargo, Garau declinó el ofrecimiento porque quería dedicarse a sus empresas y sus trabajos como economista. Muchos en Més lamentan estos días no haber forzado a Garau a asumir el cargo. Seguro que no se encontrarían en esta situación. Lo que sí hizo Garau fue colocar a su socio en una de las empresas como director general de Fondos Europeos. Pese a ser de Madrid, Félix Pablo Pindado se convirtió en alto cargo ante el asombro de muchos pesemeros.
