La Universitat de les Illes Balears conservará el sello de 'Campus de Excelencia' pese a la evaluación hecha por la comisión internacional de seguimiento, que ha tachado de "muy decepcionantes" los resultados concretos del proyecto conjunto emprendido por la UIB y la Universitat de Girona (UG).

La convocatoria de Campus de Excelencia Internacional fue lanzada desde el ministerio de Educación por primera vez en 2009, buscando la colaboración en el ámbito científico e innovador entre universidades, instituciones y el sector productivo.

El Ministerio ofrecía ayudas directas y préstamos en buenas condiciones a las universidades que presentaran proyectos temáticos relacionados con su entorno. En 2009 la rectora Montserrat Casas puso mucho empeño en presentar un proyecto para lograr este sello, pero la primera vez el ministerio rechazó la propuesta de la UIB.

Así, la UIB y la Universitat de Girona, junto al Institut Català de Recerca de l'Aigua (ICRA) y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) presentaron en 2011 un proyecto conjunto denominado Campus Euro-mediterrani del Turisme i l'Aigua (Campus e-MTA). Entonces sí lograron el sello de CEIR (Campus Excelencia Internacional Regional). El ministerio propuso un préstamo inicial a Balears de 1,4 millones de euros por haber obtenido este calificación.

Entre los objetivos del e-MTA estaba "poder responder a los retos locales y globales en desarrollo turístico y asegurar la sostenibilidad y buena gestión del agua".

Cinco años después de recibir la concesión de Campus de Excelencia Internacional una comisión de expertos científicos nacionales e internacionales debía hacer una valoración de cómo se estaban cumpliendo los objetivos presentados en el proyecto inicial; un análisis hecho en dos resoluciones (una provisional y una final) a partir de los informes de resultados remitidos desde las propias universidades.

"Progreso razonable"

El informe final de esta comisión sobre el proyecto Campus e-MTA, al que ha tenido acceso este diario, concluye otorgándole un "progreso razonable" pero recomendando que se haga una "cuidadosa supervisión" de su progreso. Es un informe con luces y sombras: la idea y los temas elegidos son muy aplaudidos por su potencial, pero los autores del texto critican la escasa coordinación real entre las dos universidades, la lentitud y el "contraste entre la ambición y los resultados".

Como comentario general, la comisión considera que el e-MTA está "muy alineado" con la estrategia regional de Balears y destaca que trata temas "de gran importancia para toda la costa del Mediterráneo", pero la aplicación y consecución de los objetivos ha sido "muy decepcionante".

La comisión señala que la mayoría de los puntos fuertes están relacionados con la docencia (con el establecimiento de institutos de investigación y el nuevo edificio de doctorado en el caso de la UIB) y valora la idea de crear un "un ecosistema de innovación", pero éste "de momento es incierto y es difícil percibirlo", lamenta el informe.

Tanto la UIB como la UG "han implementado cambios en su docencia, investigación y cooperación con la sociedad", pero más como entes interrelacionados que conjuntamente. "Lamentablemente la mayor parte de la estrategia es todavía a nivel de proyecto y los pocos y parciales resultados que se ofrecen llegan tarde" (en 2016), lo que no encaja con la estrategia que se quería seguir en inicio, denuncia el informe.

Entre las debilidades, se señala que el proyecto "es más una colaboración entre universidades que un esfuerzo conjunto, se basa en estrategias regionales relacionadas pero diferentes". Este hecho tiene ventajas ("en términos de gestión y gobernanza"), pero "no explota en absoluto el potencial de una colaboración más profunda, en particular en aquellas áreas en las que las estrategias regionales se superponen".

"Pocos resultados concretos"

La comisión lamenta que hay "muy pocos resultados concretos relacionados en los campos de investigación, transferencia de tecnología y conocimiento". Con todo, los redactores de la evaluación recomiendan más interacción y gestión conjuntas entre las universidades y aumentar la velocidad.

Pese a esta evaluación agridulce, el proyecto e-MTA pasa el corte y se le concede "la calificación definitiva" como Campus de Excelencia Internacional Regional. Otros proyectos no lo han logrado.

De las 21 propuestas que fueron seleccionadas por el ministerio de Educación para entrar en la convocatoria, nueve siguen: cinco con un "buen progreso"; otros cuatro (entre ellos la de la UIB), con un "progreso razonable". Doce proyectos no han logrado alcanzar los mínimos exigidos por la comisión internacional y se han caído de la convocatoria.