"La niña nació el jueves en el hospital de Inca con un problema respiratorio y hasta allí nos desplazamos con una UCI móvil, la estabilizamos y la trajimos hasta la UCI de Son Espases. Pero como no mejoraba y, más bien al contrario, sufría un empeoramiento, decidimos trasladarla a otro centro donde se pudiera mitigar su insuficiencia respiratoria y cardiológica", comienza el relato de este delicado transporte sanitario el coordinador de la Unidad de Transporte Pediátrico Balear (UTPB), Kay Boris Brandstrup.

La bebé sufría el denominado síndrome de aspiración de meconio (primeras heces del bebé, compuestas por materiales ingeridos durante el tiempo en el que está en el útero. El meconio, a diferencia de las siguientes heces del recién nacido, es inodoro) que sucede en raras ocasiones cuando los neonatos lo aspiran durante o después del parto.

"No es muy frecuente. La aspiración del meconio le inflama los pulmones, los irrita y, a la postre, le origina una peor oxigenación. En ocasiones esta insuficiencia va a más, empeora, como ocurrió en este caso. Era difícil mantener las constantes vitales de la paciente con los recursos que tenemos aquí, lo que aconsejaba su traslado a Barcelona", explica Kay Boris.

La pequeña precisaba recibir una terapia ECMO, una oxigenación por membrana extracorpórea en la que una máquina suple transitoriamente la función de los pulmones y del corazón del paciente. "Esta terapia solo se hace con niños en Madrid, Valencia y Barcelona. Aquí solo se ha usado con adultos, nunca en pediatría porque no hay demanda suficiente para adquirir la pericia necesaria", revela el coordinador. Y como el estado de la bebé era crítico, se decidió trasladarla de manera urgente hasta el Vall d´Hebron.

Óxido nítrico

"El traslado se dilató durante doce horas desde que salimos de Son Espases hasta que el equipo regresó. Durante el transporte, en una ambulancia medicalizada por la propia unidad con la colaboración del 061, le suministramos a la bebé óxido nítrico, un gas terapéutico que dilata los vasos pulmonares y, al abrirlos, permite un mayor paso de sangre y oxigenación. También le proporcionamos ventilación mecánica y un montón de drogas vasoactivas para mantener la función cardiaca. Y la bebé iba en una incubadora adaptada para el traslado aéreo", enumera los recursos usados.

También se decretó una alerta verde en la que la Policía Local y la Guardia Civil agilizaron el tránsito hasta Son Sant Joan donde les esperaba el avión del 061 que les conduciría hasta la Ciudad Condal. "Estos traslados son los actos asistenciales más complicados que se realizan a nivel estatal y, además, somos la única unidad de este tipo -tan solo existen otras tres más en todo el país en Cataluña, Madrid y Comunidad Valenciana- que hacemos traslados aéreos usando óxido nítrico. Somos una unidad puntera y de referencia en todo el país", se congratula su coordinador.

En el traslado participaron dos pediatras, el propio Kay Boris entre ellos, y una enfermera de la UTPB. Esta unidad cuenta con una plantilla de 5 pediatras especializados en la atención de pacientes pediátricos y neonatos críticos y con un grupo de nueve enfermeras adscritas, a partes iguales, entre la UCI pediátrica y neonatal del hospital de referencia y el servicio de emergencias del 061. Desde el año 2004, fecha de su creación, hasta el año pasado ha realizado un total de unas 3.500 intervenciones, 1.200 de ellas traslados aéreos.

"En Barcelona nos recogió una unidad de transporte pediátrico que nos acompañó hasta el Vall d´Hebron. A las pocas horas, la bebé comenzó a recibir la terapia ECMO y hoy se encuentra estable, aunque hay que esperar a ver cómo evoluciona", concluye Kay Boris Brandstrup, que no quiere hacerlo sin recordar otra actuación especialmente complicada.

"Hace dos años hicimos otro transporte que supuso un hito en la sanidad española. Se trataba del traslado de un lactante a Madrid también para que recibiera terapia ECMO. Pero con él tuvimos que usar un ventilador de alta frecuencia que permitía hasta 300 respiraciones por minuto, la primera vez que se hizo. Empleamos 19 horas para llevarle hasta el Gregorio Marañón", resalta.