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"El ´brexit´ es una locura, seremos felices de hacernos españoles"

Los británicos residentes en Mallorca afrontan incrédulos y expectantes la activación hoy del proceso que conducirá a la salida de RU de la UE

De izquierda a derecha, Carlos Mesa, Kate Mentink y Susan Worthington ayer en Portals Nous. b. ramon

Ha llegado el momento. El brexit arranca formalmente hoy con la activación del artículo 50 del Tratado de Lisboa que iniciará el largo camino hacia la salida del Reino Unido de la Unión Europea. Residentes británicos en Mallorca consultados por este diario asisten a este proceso entre incrédulos y enfadados. Domina la preocupación por saber qué consecuencias tendrá el brexit para ellos desde un punto de vista legal, y la mayoría apuesta por pedir la nacionalidad española aunque ello signifique renunciar a la británica.

Oliver Neilson no ha salido todavía de su asombro por el resultado del referéndum del pasado 23 de junio. Vive con su mujer desde hace doce años en Mallorca, donde nació su hija. Los tres tienen pasaporte británico. "La opción ideal sería conseguir la nacionalidad española manteniendo la británica. Pero como que son excluyentes, seremos felices de hacernos solo españoles", afirma este londinense de 45 años.

Neilson, empresario y fotógrafo 'freelance', expresa su "conmoción" a horas de que Reino Unido active el brexit. "Es una locura. Al día siguiente de la votación muchos ya se habían arrepentido de haber votado 'sí'. El 99 por ciento de mis amigos aquí en la isla piensan como yo. No podemos entender las razones de nuestros compatriotas que han votado a favor del brexit. El referéndum se planteó como algo demasiado simple: '¿Quiere salir de Europa? ¿Sí o no?' Un asunto tan complejo no debía haberse abordado así", destaca.

Neilson pudo votar en el referéndum al llevar menos de quince años residiendo fuera del Reino Unido. No es el caso de Susan Worthington y Kate Mentink, dos británicas europeístas convencidas pero sin derecho a pronunciarse en el referéndum porque ambas superan el plazo permitido de residencia en el extranjero.

"La inseguridad es total. Tanto a mis conocidos como a mí todavía nos cuesta hacernos a la idea de lo que va a pasar. Algunos no se lo estaban tomando en serio. Pero el brexit ya es una realidad", comenta Worthington, agente de inversiones nacida en Gales.

"Ganó el 'sí' por el miedo a la inmigración. La gente piensa que saliendo de Europa habrá menos inmigrantes. Conozco a dos residentes británicos aquí que creen que el brexit será peor para sus pensiones o para su acceso al sistema público de salud, pero lo votaron igualmente por patriotismo", relata incrédula.

A su lado Kate Mentink se expresa en la misma línea. "Convencieron a la gente de tres falsedades: que Gran Bretaña volvería a tener el control sobre los inmigrantes, sobre nuestras leyes y que dejaríamos de pagar millones de libras de gasto inútil a Bruselas. Si repites mil veces una mentira, te lo acabas creyendo", afirma Mentink, empresaria jubilada y exregidora de Calvià.

"He tenido unos catorce encuentros informativos con británicos para hablar de este asunto desde antes del referéndum. Sobre todo personas mayores. Estaban absolutamente en contra de seguir en la Unión Europea y defendían su postura incluso con agresividad. Aunque esta opción les perjudica a ellos y amenaza el futuro de sus hijos y sus nietos", recuerda esta escocesa que lleva 37 años viviendo en Mallorca.

Se une a la conversación Carlos Mesa, colombiano y propietario de The French Coffee Shop, centro de reunión de los británicos residentes en Portals: "Mis clientes están desestabilizados, no entienden lo que está pasando. Aquí viene gente más joven y están muy preocupados por el futuro".

"Decidieron los jubilados"

Otros británicos prefieren esperar a ver cómo evolucionan los acontecimientos."Pedir la nacionalidad española es una buena elección si veo que el brexit no me garantiza seguir moviéndome libremente por la Unión Europea", explica Rob Dury, músico y 'DJ'.

Este londinense vive en Mallorca seis meses. "No voté porque no estaba en Londres el día del referéndum, pero mi voto hubiera sido 'no'. Al final decidieron los jubilados. Es una pena porque los jóvenes queríamos seguir en Europa. De todos modos no me preocupa en exceso. Faltan más de dos años para que sea efectivo y en ese tiempo pueden pasar muchas cosas", valora Dury, cerveza en mano.

"¿El brexit es mañana?", interroga con sorpresa Kerry Barrow desde detrás de la barra del Palma Nova Garden, un bar de copas que regenta desde hace un año. "Soy apolítica. La verdad es que no me preocupa demasiado. Solo disfruto de la vida, ya veremos lo que sucede en el futuro", añade Barrow, originaria del sur de Inglaterra.

"Me encanta la isla, tengo un negocio aquí y no me planteo volver. Quiero estar al menos cinco años más aquí. Si es necesario pediré la nacionalidad española. ¿Por qué no?", se pregunta.

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