Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Opinión

Tabla rasa para Company

Cinto Planas fustigó a Gabriel Cañellas con humor, fiereza y datos, desde el desembarco del creador del PP en el Consolat en 1983...

Tabla rasa para Company

Cinto Planas fustigó a Gabriel Cañellas con humor, fiereza y datos, desde el desembarco del creador del PP en el Consolat en 1983. En sus crónicas imprescindibles, el periodista caricaturizó la génesis de la teocracia cañellista en la que sigue instalado el partido. Sin embargo, llegaron las segundas elecciones autonómicas de 1987, y Cañellas volvió a imponerse. El columnista se enfrentó a uno de esos dilemas que serían incapaces de abordar las facultades de Ciencias de la Información, que alumbran un periodismo sin conciencia. El pueblo había hablado, y se había decantado mayoritariamente por el destinatario de sus dardos. Así que el articulista anunció que empezaba desde cero, en sintonía con la opinión pública imperante en aquella Mallorca. Discrepo del desenlace, aunque suscita una polémica apasionante.

Las personas pasan, pero los enigmas permanecen. Para la mayoría de mallorquines, incluidos los numerosos afiliados del PP que se han negado a participar en las primarias, la proclamación de Company como nuevo presidente del partido alfa es más inesperada que la aparición de su nombre en conexión con algún escándalo político. De hecho, la prensa madrileña ha consensuado el titular de que "El PP balear será presidido por un condenado por agredir a un menor". La sentencia tiene diez años de antigüedad, y fue publicada en 2007 por este diario.

Por fortuna para Company, recibe una andanada salvadora de Esperanza Aguirre, visionaria en lo político y ciega en la corrupción. ¿Debe hacerse tabla rasa con el denso historial de desafueros del nuevo presidente popular? Cada periodista, y sobre todo cada votante del PP, debe decidir si coloca el cuentakilómetros a cero. Él no lo haría.

Compartir el artículo

stats