Antes de entrar en el gallinero, José María sabe perfectamente qué tiene que hacer: ponerse los guantes y las botas y protegerlas con unos peucos de plástico, como los que usa el personal sanitario en el quirófano. "Es porque vengo de dónde están los otros animales, no se puede mezclar", explica, concienciado. Responsabilizado con el protocolo y la rutina laboral que le han enseñado.
José María tiene 61 años y trabaja en la Granja Escola Sa Cabaneta, un oasis tranquilo donde los usuarios de la organización Mater Misericordiae -personas con discapacidad intelectual- interiorizan hábitos sociales y laborales, además de disfrutar y pasarlo bien con los animales, la tierra, el sol y los niños que vienen en las visitas escolares, aprenden hábitos sociales y laborales.
En esta granja, que hace diez años que empezó a ofrecer su servicio, se respira tranquilidad, pero a la vez los usuarios saben que han de estar dispuestos a arremangarse y trabajar. Así como José María se encarga de recoger los huevos; Alberto cuida a Tomeu, el burro (y la estrella principal) de la finca; Bárbara explica a los niños el huerto y prepara unas macetitas para que se las lleven a su casa; otros se encargan de los jardines o del mantenimiento; uno ayuda a cocer galletas de aceite en el horno (que los niños también se llevan de recuerdo); otros cuidan a las cabritas y las enseñan a las visitas... Un engranaje perfecto.
Autonomía
Cada uno tiene su tarea asignada en función de sus gustos. Hay trabajo para todos. La idea de estos talleres prelaborales que imparten en Sa Cabaneta es que los usuarios vayan siendo cada vez más autónomos y responsables y puedan plantearse entrar en la rueda de trabajo "más preparados", ya sea en empresas ordinarias o en empresas ligadas a Mater a través del Centro Especial de Empleo.
Además, los usuarios sienten la satisfacción de que su esfuerzo se convierte en un producto, que pueden tocar y que la gente puede comprar en las tiendas: los huevos Es Convent, un producto gourmet, ecológico, con conciencia social. Y bueno.
Aceite y huevos
En la granja escola de Sa Cabaneta cuidan de las gallinas y recogen los huevos. De ahí, un grupo se los lleva a Llubí, a la villa Ses Oliveres, donde 18 usuarios trabajan en diferentes talleres según su nivel, encargándose de recoger los huevos (allí tienen otras 500 gallinas) y de envasarlos (en un embalaje con un logotipo también diseñado por los chicos.
Además de los huevos, allí preparan el segundo producto estrella de esta marca gourmet: el aceite Es Convent. Y es que el nombre de la finca no es casual: hay 2.000 oliveras en sus terrenos. Los usuarios recogen la aceituna y preparan el aceite en la tafona que tienen allí mismo.
Las líneas de negocio de Es Convent no acaban ahí y no dejan escapar el boom turístico para crear "puestos de empleo protegido" para los usuarios de la Organización Mater, que debido a su discapacidad intelectual pueden tener dificultades para lograr un sitio en el mercado laboral. Y cuando no se encuentra trabajo, siempre es una opción creárselo uno mismo.
Hotel, agroturismo y restaurante
Es Convent ofrece descanso y ambiente rural en su agroturismo S'Hort des Convent; en el hotel Es Convent de Ariany o en la misma finca de Ses Oliveres. También tienen un servicio de catering para eventos y un restaurante en el Puig de Santa Magdalena, en Inca.
Parece todo un emporio, ¿no? Según la última memoria económica, con lo que obtienen de ingresos de estos establecimientos, cubren los gastos y poco más, pero está claro (basta mirar los precios) que la organización no persigue hacerse de oro. Su objetivo es muy superior: la dignidad de las personas "con otras capacidades".
Además de estas acciones para ocupar a sus usuarios, la organización Mater ofrece una larguísima lista de actividades que cubre prácticamente todas las necesidades que una persona con discapacidad tendrá a lo largo de su vida.
Así, en 2015 (último dato disponible) atendió a casi 600 personas en sus diversos servicios: atención temprana y logopedia; educación especial y transición a la vida adulta; ocio y deporte; centro de día; opciones de vivienda y residencia; atención a las familias; formación...
Medio siglo de Mater
La Organización Mater nació en 1963 de la mano de las Germanes Franciscanes Filles de la Misericòrdia y hoy, medio siglo después, se descubre como una entidad discreta, pero a la vez muy presente y con muchas ramas interrelacionadas.
Además de las sedes de Palma, en la Part Forana Mater está presente en Ariany, Marratxí, Llubí, Sineu, Costitx e Inca. En el centro de la capital del Raiguer ofertan comida y servicio de bar y los usuarios tienen así la opción de cursar Formación Dual. También hay una parte de tienda, donde se venden productos artesanales, hechos por otros usuarios de Mater en los talleres ocupacionales.
El próximo martes, los estudiantes de 2º de Cocina de Mater Inca harán un 'showcooking' en Makro usando, cómo no, los huevos y el aceite marca Es Convent. Todo en esta organización es un círculo, que busca implicar a los jóvenes usuarios de Mater, persiguiendo mejorar así su integración y autoestima.
