La fiscalía anticorrupción no formula acusación contra Jaume Matas y otros imputados por el supuesto desvío de casi un millón de euros para la pista de madera del velódromo Palma Arena que, según el juez José Castro, se pagó dos veces. Si la acusación particular en nombre del Govern no acusa a nadie, el caso se archivará como otras piezas separadas del mismo sumario.

Los hechos se investigaron en la llamada pieza separada 19 del Palma Arena. En esta causa figuraban como imputados, además de Jaume Matas, el director-gerente del velódromo, Jorge Moisés, los arquitectos Luis y Jaume García Ruiz, que diseñaron la reforma de las instalaciones deportivas y supervisaron su construcción, y Sander Martin Douma, otro arquitecto que se encargó de la construcción de la pista.

Douma pidió más dinero

Según el auto de fin de instrucción de esta pieza, Sander Martin Douma fue contratado verbalmente por Jorge Moisés en marzo del 2006 para diseñar y construir la tarima de madera del velódromo. El especialista pidió como honorarios 200.000 euros, que más tarde subirían a 250.000 euros.

El instructor remarcó que, de forma paralela, en el contrato suscrito entre el Govern de Matas y la empresa GR1 de los hermanos García Ruiz para la construcción del Palma Arena, se incluyó una partida para la construcción de la pista. Ese contrato se firmó el 8 de mayo del 2006 y en él se preveía que Douma iba a cobrar 250.000 euros de honorarios y que la pista costaría 898.323,65 euros.

Castro resaltó la precisión de la partida para la pista, que incluso llegó a señalar los céntimos.

Pero lo más llamativo de la historia es que Douma no presentó su primer presupuesto por el proyecto hasta el 12 de julio siguiente y calculó que los trabajos ascenderían a tan solo 437.000 euros. El juez se preguntó cómo ya en mayo se sabían hasta los céntimos de la pista si no hubo un presupuesto oficial hasta julio.

Pagarlo la UTE

Sin embargo, Sander martin Douma modificó al alza semanas después ese presupuesto y realmente facturó cuando acabaron las obras (el 2 de marzo del 2007) 926.000 euros.

La supuesta malversación, siempre según el magistrado, nacería del hecho de que la UTE constructora del velódromo aportó más de 900.000 euros para la pista bajo el concepto de "ayudas de carpintería".

Según Castro, no se explica porque la UTE abonó con dinero público la pista cuando GR-1 pagó casi un millón a Douma por el mismo concepto.

Por otro lado, el juez describe que el proceso de construcción de la pista fue caótico ya que, según algunos testigos, en vez de carpinteros se emplearon peones de albañil con un martillo y clavos.

Las obras del velódromo se hicieron a ritmos vertiginosos porque tenía que estar acabado para principios del 2007.