Biel Company: las iniciales de Biel Cañellas, y nada más

Biel Company no viene a tu encuentro, te embiste en un marcaje asfixiante. Su enseña es la ferocidad, el exfutbolista del Cide siempre parece dispuesto a saltar al campo a partir alguna espinilla. Carece de perspectiva, se le agolpan los acontecimientos como si tuviera todas las cosas a la misma distancia. Resuelve su barullo mental a golpes, no siempre físicos. Solo respeta al clan, que no tiene nada que ver con el PP ni mucho menos con la pamema del regionalismo, sino con la sangre y la tierra. La familia y los dueños del campo, el sector primitivo.

Es el segundo BC que aspira a presidir a los populares. Biel Company comparte las iniciales de Biel Cañellas, y nada más. Un diplomado en Empresariales contra un doble licenciado en Derecho y Económicas por Deusto. El primer presidente del PP se fingía payés, el actual candidato quiere sacudirse el pelo de la dehesa. Sin embargo, Cañellas patrocina a Company. También apadrinó a Matas.

Company todavía figuraba en el Govern cuando presumía en público de que "me llamo Company Bauzá, pero mi Bauzá es mallorquín". Y lo pronunciaba Bauçà para distinguirse de su president. Pese a las bravatas, no hay que confundir la brutalidad del candidato con el coraje. En su entrevista previa a las autonómicas de 2015, descartaba sus discrepancias con el entonces president como invenciones periodísticas.

Finalizado en catástrofe el Govern más radical de la historia, Company se apresuró a desvincularse de su única experiencia política. Escogió la táctica generacional. Te asaltaba con un imperativo "yo ya he cumplido cincuenta años, y ahora..." Una persona que extrae el combustible para impulsar su regeneración de un cumpleaños. Alguien que no solo cree que su edad le importa al mundo, sino que encima considera que su medio siglo le aporta una segunda oportunidad para cambiar el rumbo del planeta.

Mientras Company se enreda con su calendario personal, la obsesión de su equipo juvenil ha consistido en embridarlo. No han escatimado medios incluso farmacológicos para evitar el arranque de rabia que lo convierte en el hermano perdido de Donald Trump. Es el Dr. Hyde y Mr. Hyde, todo en uno. ¿Odia más Company a Bauzá o Bauzá a Company? Es una aversión mutua en el rango de los megatones, con ligera ventaja para Company hasta que logre el cargo que le iguale a su rival.

Company confía en el instinto porque se pega hasta con las palabras. Preludió sus ambiciones en el mismo Consolat de Francina Armengol, a comienzos del curso de 2015. Allí había montado Mónica Terribas el estudio para El Matí de Catalunya Ràdio, el candidato a liderar el PP comparecía de tertuliano. Era el escenario idóneo para plantear indirectamente:

-Mónica, nosotros hemos venido al Consolat de visita, pero hay uno que está aquí para tomarle las medidas al despacho de la presidenta.

El aludido mordió el anzuelo. No desmintió, se enzarzó en su descalificación del Govern Bauzá sin nombrarlo ni recordar que ocupaba la cartera crucial del ejecutivo. Mañana se decide su futuro, Company desearía un cuerpo a cuerpo.

José Ramón Bauzá: el hombre que nunca ha cometido un error

Rosa Estarás se hacía cruces al enterarse por este diario de que su protegido José Ramón Bauzá, a quien había presentado en Génova como un mirlo blanco, poseía un piso millonario junto a la Catedral. Si Matas salió del Consolat con un palacete, su continuador llegó a la presidencia con el palacete puesto. La eurodiputada se asombraba del oscurantismo enfermizo de su ahijado. Bauzá es un enigma hueco, el president que regresa de un viaje a Escocia que todos ignoraban con una lesión pulmonar que a todos pretende ocultar. Misterioso y carente de interés, el menú completo.

Mediado su mandato, era obligado preguntarle si había cometido algún error, pues nunca los reconocía. Se revolvió denunciando las equivocaciones inconfesables e inconfesadas de su interlocutor. Unos meses después, Bauzá sacó a cien mil personas a la calle en su contra. Nadie se recupera de un mazazo así, está en la raíz de que sus fieles lo encuentren hoy desenfocado. Han huido en masa hacia Company, muy dura debía ser la alternativa.

El peor ególatra es el que ignora que la palabra tiene una connotación negativa. Bauzá se encuentra muy a gusto en sí mismo. Instintivo por falta de palabra, que no de palabrería. Ahí está la alusión heroica a su compromiso con los códigos éticos. Pues bien, nombró gerente de IB3 a un atracador confeso, para que hiciera negocios en el canal autonómico mientras le compraba su ruinosa vinoteca. Un president que pretende gestionar desde el Consolat un local de venta de vinos endeudado, y a riesgo de aparecer en la lista de morosos. Estarás tampoco lo sabía.

Bauzá compite con la sola aspiración de que su aborrecido exconseller no ocupe su cargo. Se habría retirado, si los regionalistas hubieran sustituido a su mascarón de proa. Todavía escuece la reunión preelectoral con el sector agropecuario en 2011, y la pregunta íntima que Company le trasladó sin protocolo. Puesto a competir, Bauzá se conformaría con ser nombrado el más bello del certamen frente a otro candidato desengominado. Para el senador solo hay una hipótesis más desgraciada que Company. Se llamaba Mateo Isern.

El repetidor convirtió su Govern en una antología del dispárate ­­-no corregir-. Aprovechó la mínima oportunidad de distanciarse de sus súbditos, que no ciudadanos. Ordenaba a IB3 que su apellido fuera pronunciado con la impecable dicción castellana, no fuera que alguien le confundiera con un nativo. Sus pasiones mallorquinas eran el ejército y Madrid, por este orden.

El TIL no obedeció jamás a un planteamiento educativo. Respondía al furor de Bauzá contra un idioma que considera el disolvente de la españolidad. Durante una entrevista prolongada más de una hora, la palabra "catalán" le genera un disgusto próximo a la náusea, por lo que se niega a pronunciarla. O dicho en su favor, la repulsión física le impide componer los fonemas. Una persona capaz de odiar con tamaña convicción provoca cierta envidia. En un acto sobre Ramon Llull, escamoteó el vehículo idiomático del Beato para decir que se expresó en la "lengua romántica". El romanticismo ha vuelto al PP, es primavera.