La UIB celebró la semana su habitual feria de la ocupación. Y muchas empresas de las islas acudieron con una misión clara: cazar ingenieros. Muchas volvieron de la expedición con las manos vacías (o no tan llenas como querían): "Hemos venido con 30 ofertas de empleo y de momento no hemos encontrado a nadie", le dijo "desesperado" uno de los responsables de una empresa del Parc Bit a Loren Carrasco, directora de la Escola Politècnica Superior (EPS) de la Universitat.

Otra compañía del parque tecnológico ya le ha expresado su inquietud a Carrasco ante la escasez de ingenieros para contratar: le han admitido que están planteándose abandonar el archipiélago y trasladar su sede en otro sitio. Y no es solo titulados lo que buscan: cada semana las empresas piden estudiantes para hacer prácticas y la EPS no puede satisfacer toda la demanda. Hasta tal punto llega la preocupación, que una veintena de empresas están haciendo donaciones y colaborando con la EPS para que lleve a cabo actividades de difusión con colegios e institutos y capte así vocaciones y futuros empleados.

Carrasco expuso ayer la gravedad de la situación en una rueda de prensa que en principio era para dar una buena noticia: los grados de Ingeniería Telemática; Ingeniería Electrónica Industrial y Automática; e Ingeniería Informática han obtenido un sello europeo de calidad (EURO-ACE en los dos primeros casos y EURO-INF en el segundo) que acredita el buen nivel de los títulos. Es un reconocimiento externo que apenas un 10% de las universidades españoles ha logrado de momento para estos títulos.

Pero pese a esta calidad reconocida y a unos datos de inserción laboral excelente (entre el 70 y el 100%), las caídas en las matrículas prosiguen año tras año. Es un fenómeno global: en toda España las inscripciones en estos títulos se han despeñado un 25%.

La directora de la EPS cree que cada año les quedan plazas libres porque los ingenieros no tienen la imagen de prestigio de antes (las series y películas los reducen a 'frikis' que se pasan todo el día delante del ordenador). Además los estudios tienen fama de difíciles. Tanto ella como los jefes de estudio de los títulos reconocidos (Ignasi Furió, Miquel Roca y Toni Jaume) admiten que de 1º a 2º curso hay mucho abandono (entre el 45 y el 50% dejan los estudios), pero lo achacan al perfil inadecuado de algunos de estos alumnos, que, tras aprobar Selectividad en septiembre, eligen estos estudios por tener plazas disponibles y, como consecuencia, una nota de corte baja (entre un 5 y un 6,5).

Loren Carrasco apunta que el Gobierno no está contribuyendo precisamente a reflotar las cifras con medidas como la reducción de las horas de Tecnología e Informática en la Secundaria. El Govern que dice impulsar la "economía del conocimiento" tampoco parece darse cuenta de la magnitud del problema y da la necesidad de impulsar el sector científico-técnico, una pieza clave ahora mismo para la industria turística y un sector además "que es sostenible, que no consume territorio y al que no le importa ni le afecta estar localizado en una isla".

Y el problema también tiene una vertiente de género: las matrículas de las chicas también van en descenso. Y eso que las empresas buscan con especial ahínco ingenieras: "El 60% de las personas que compran on line son mujeres, las mujeres ingenieras tienen trabajo asegurado". Pero no lo saben: el porcentaje de féminas en estos títulos no supera el 15%.