Daría para escribir una comedia. Si el caso de la Xylella no fuera una tragedia. La Unión Europea nos tiene agarrados por el cuello. Solo queda conocer si nos asfixia hasta la muerte o nos causa insuficiencia respiratoria.
La comedia transcurriría ante un decorado formado por ramas del almendro muertas. Los protagonistas serían un conseller, dos directores generales, siete asesores (seis sin papel), un jefe de prensa y un técnico.
Comienza el diálogo:
Político 1: Aquí hay un tipo que sostiene que los almendros se nos mueren por culpa de un bicho.
Político 2: ¿Qué bicho?
Político 1: Aquí dice chi, chi, chileya fastidiosa.
Político 3: ¿Fastidiosa? Eso debe tratarse de un chiste.
Asesor: Conseller, recuerda que hoy tienes comida con la Asociación de Promotores del Frit de Freixura (APFF) y por la noche cena con los Amigos del Vino que Bebe Asunción (AVBA)
Jefe de prensa (que lleva un rato ensimismado y ausente): Xylella, se llama Xylella fastidiosa, y en Google dicen que es un mal bicho que mata miles de árboles, viñas y plantas... ¡Es una tragedia!
Político 2: Esos periodistas siempre exageran. En mi huerto jamás ha aparecido una chichi de estas.
Político 3: Algo habrá que hacer. La oruga de los geranios mató todos los de mi mujer y tuvo tal disgusto que me dejó tres días sin comer.
Político 1: ¿Y el escarabajo picudo? Se cepilló la palmera de mis suegros.
Político 2: Aquí tengo una carta de un alcalde emprenyador que quiere saber por qué se mueren los almendros de su pueblo. ¿Qué le contestamos?
Político 3: Que es culpa suya porque no los riega.
Político 1: Que es culpa de la oposición.
Político 3: Que es por un bicho que si cae al suelo se muere.
Político 1: Que la culpa es de los perros que se mean en el tronco.
Político 2: ¡Por favor¡ !Seamos serios! Es evidente que la culpa es de las ovejas. ¿No es así señor técnico:
Técnico: Lo que usted diga, señor político.
