El Govern rectificó ayer in extremis la ampliación del número de plazas de funcionarios de libre designación que preparaba. La presión de los sindicatos le hizo recular en la creación de dos escalafones de funcionarios colocados a dedo en dos consellerias, una estructura que no se daba desde hace quince años.
El Ejecutivo autonómico tenía previsto aprobar hoy una modificación de la relación de puestos de trabajo de dos direcciones generales que iban a pasar a tener dos niveles superpuestos de funcionarios designados por criterio político (libre designación en al argot funcionarial). Una maniobra que rechazaron los sindicatos y que, señalaron, no ocurría desde el primer Pacte de Progrés.
Según informó el Ejecutivo a los sindicatos en mesa sectorial, dos jefes de servicio dependientes del departamento de Inspección Médica del IB-Salud iban a pasar de ser elegidos por concurso a ser nombrados a dedo. En la dirección general de Comunicación, sobre sus dos jefes de servicio ya elegidos por libre designación se creaba una plaza de jefe de departamento de Comunicación, también cargo de confianza.
De esta manera, en una y en otra dirección general -dependientes de las consellerias de Salud y Presidencia, respectivamente, y ambas en manos del PSIB- habría por debajo del cargo político dos niveles funcionariales elegidos a dedo. Es decir: puestos reservados para aupar a funcionarios afines al Govern.
Rechazo de los sindicatos
No obstante, la presión de los sindicatos hizo al Govern rectificar y anunciar que había sido "un error". A última hora de la tarde, el Ejecutivo comunicaba que retiraba la plaza de la dirección general de Comunicación y que la del IB-Salud pasará a depender directamente de un cargo político, con lo cual no habrá superposición. El Govern tenía previsto redefinirla.
Según la ley de Función Pública, los cargos de libre designación están pensados para lugares de trabajo que implican "una elevada responsabilidad o que requieren una confianza personal para ejercer sus funciones" y se reserva para cargos directivos, gabinete de presidencia, secretaría, chóferes y aquellos que así lo establezca la relación de puestos de trabajo de acuerdo a su naturaleza.
Con la nueva estructura que debía aprobarse hoy en el Consell de Govern, habría cuatro jefes de servicio digitados por el Govern sin que exista la dependencia directa que prevé la ley.
Los sindicatos sólo aceptan que haya un nivel de funcionarios colocados a dedo. Por ello, todos rechazaron la modificación de la relación de puestos de trabajo propuesta ahora por el Govern. Desde el sindicato STEI denunciaron esta situación y aseguraron que desde el primer pacto de Govern se acabó con estas estructuras en la administración pública y que los siguientes Governs siempre lo han respetado hasta ahora, echando atrás algunas modificaciones cuando se les hacía ver la multiplicación de niveles administrativos con funcionarios colocados a dedo por sus superiores.
Ayer temían que esta maniobra fuera la antesala de una nueva ley de Función Pública, ahora en negociación, que normalice estas situaciones de capas superpuestas de funcionarios colocados a dedo.
