El juez Manuel Penalva ha dejado esta noche en libertad provisional al director de la discoteca Tito's, Jaume Lladó, al jefe de relaciones públicas del local, llamado Arturo, y a un policía local de Palma, a quienes un testigo acusa de organizar fiestas con droga prostitutas para los agentes por órdenes de Bartolomé Cursach. Al rosario de acusaciones que acumulan, este jueves se sumó una nueva: la de drogar a las meretrices para que fueran más cariñosas con los agentes. Los detenidos lo negaron todo.

Estas tres personas fueron citadas hoy a declarar acusadas de numerosos delitos, que van desde el tráfico de drogas, a la extorsión, amén de otras irregularidades. El juez y el fiscal Subirán se basan en la declaración de un testigo que acusa a los empleados de Cursach de organizar fiestas privadas para policías locales a cambio de preavisos de inspecciones y de un trato de favor respecto a otros empresarios del ocio. Unas celebraciones, en un horario cerrado al público, en las que a estos policías se les habría proporcionado droga y se les habría brindado la posibilidad de mantener relaciones sexuales con prostitutas. Según el testigo, a estas meretrices se les metía droga en la bebida para que mantuvieran una actitud más cariñosa y dócil con los clientes. Unos hechos que habrían tenido lugar hace seis años.

Durante un tenso interrogatorio, en el que cada acusado permaneció prestando declaración, el magistrado dejó a los detenidos en libertad con cargos. Los tres negaron las acusaciones.

El director de Tito's, Jaime Lladó, aseguró encontrarse “en estado de shock” ante todo lo ocurrido y por todo lo que había leído sobre él en los medios.