Este curso es el último que tienen los profesores de Religión Católica de las islas para sacarse el título que la Conferencia Episcopal fija como obligatorio para poder dar clases de esta materia, el DECA (Declaración Eclesiástica de Competencia Académica). Para poder obtener este título, es necesario tener también la partida bautismal y el Obispado ha empezado a pedir ya estos documentos que dan fe de que los docentes han sido bautizados.

Así lo informó el Obispado a los profesores que detectó que no tenían el DECA, dándoles de plazo hasta el próximo curso. A ciertos profesores más veteranos de colegios concertados, que además de Religión dan otras asignaturas, se les ha pedido ya este curso la partida de bautismo, para ganar tiempo. Algunos de estos docentes han tenido que ir a rebuscar a los archivos de las parroquias donde fueron bautizados, hace más de 40 o 50 años, para encontrar el preciado documento.

Según el Obispado son "muy poquitos casos". La diócesis asegura que prácticamente todos los profesores están en posesión del DECA. Este título se puede cursar on line y su precio supera los 700 euros . Aquí en Balears, y enfocado a los maestros de Primaria, lo oferta el CESAG (Centro de Estudios Superiores Alberta Giménez). Se trata de un módulo de Teología Católica y su Pedagogía que incluye estas asignaturas: Religión, Cultura y Valores; El mensaje cristiano; La Iglesia, los Sacramentos y la Moral y Pedagogía y Didáctica de la Religión; además de un seminario de tres días.

Esta directriz del Obispado, exigiendo el título y poniendo una fecha límite, coincide con el proceso iniciado desde la conselleria de Educación para reordenar la situación de los 173 profesores que hay, fijándose en las horas que se imparten.

Educación comenzó el verano pasado a analizar cuántos profesores dan esta asignatura, que debido a los Acuerdos con la Santa Sede es de oferta obligada por los centros y de libre elección para los alumnos en todos los colegios e institutos públicos (incluyendo tramos no obligatorios como Bachillerato). La selección de estos docentes corre a cargo del Obispado.

La LOMCE reducía de 90 a 45 minutos semanales el mínimo que debe ofertar cada centro de Religión. El conseller March lo fijó en 60 minutos. No hubo despidos, pero sí se redujo la jornada a 80 de estos profesores y han tenido lugar muchos cambios de destinos.