La fiebre del alquiler turístico ha disparado las obras en el suelo rústico de Mallorca. Según datos de los municipios malloquines, en un solo año el número de nuevas construcciones de viviendas o ampliaciones de casetas existentes se incrementó de forma espectacular con respecto al 2015. El pasado año se edificaron o ampliaron en torno a unas 400 viviendas más en el campo mallorquín que durante el ejercicio anterior, pasando de una cifra que superaba por poco las 600 en 2015 a más de 1.000 en 2016.

Estas cantidades suponen un incremento en torno al 60%, que todas las instituciones y entidades ecologistas atribuyen al boom del alquiler turísticoboom. Desde el Consell de Mallorca están terminando de recopilar los datos, pero la consellera insular de Territorio, Mercedes Garrido, confirmó que las solicitudes de licencias en el campo "se han disparado por el efecto del alquiler turístico".

Estas cantidades que se manejan en el último año desbordan por completo las previsiones. Asimismo, las diferencias con respecto a cinco o seis años atrás son abismales. En esa época, cuando todavía se arrastraba la crisis, se daban en torno a las 200 o 300 licencias de obra en suelo rústico.

La cédulas de habitabilidad que concede el Consell de Mallorca, requisito indispensable para poder alquilar la vivienda, también se dispararon el pasado año y superaron en más del 40% las concedidas el año anterior. Según fuentes del Consell de Mallorca todo es debido al alquiler vacacional. Hay que tener en cuenta que para publicitar la vivienda como alquiler turístico lo primero que se requiere es la cédula de habitabilidad, que otorga el Consell de Mallorca con un infome técnico de un arquitecto, que certifica que el inmueble está en condiciones aptas para ser habitado. Este documento es el primero que deben presentar los propietarios cuando quieren destinar su inmieble a esta actividad.

Ampliaciones y piscinas

Las obras realizadas durante el pasado año, básicamente corresponden a ampliaciones con más habitaciones y dependencias, construcciones de porches y terrazas y de forma especial piscinas. Estas últimas instalaciones han visto cómo han incrementado su presencia de forma casi inimaginable en los últimos años en las casas de campo, ya que una vivienda que cuenta con una piscina dobla su precio para la actividad del alquiler turístico. Por este motivo, la mayoría de propietarios apuesta por instalarlas.

También se están realizando cambios de cubiertas y tejados para aislar las viviendas y adecuarlas a la eficiencia energética. De igual modo, han aumentado de forma vertiginosa las solicitudes para dotar a las casas de campo de electricidad, calefacción y servicios telefónicos.

Desde los municipios y desde el Consell de Mallorca han podido constatar que el alquiler vacacional es el principal causante de esta avalancha de nuevas construcciones. Son muchos los propietarios que quieren sumarse al alto rendimiento económico que supone alquilar su inmueble a turistas.

Si a todo ello añadimos que en una vivienda bien acondicionada, con piscina, en plena naturaleza y cercana a un casco urbano, los ingresos por arrendamiento pueden ser suculentos. Los precios oscilan en una media de 500 a 600 euros la semana, dependiendo de las condiciones e instalaciones del inmueble. Con estas cantidades se explica el auge de la construcción en suelo rústico para conseguir un sobresueldo.

Si bien el alquiler vacacional es el principal impulsor de la avalancha de construcción en el campo, también existe otro elemento a tener en cuenta. Es el inminente cambio de normativa que se presume tanto en legislación turística como urbanística. Muchos propietarios aceleran la inversión antes de que la Ley del Alquiler Turistico y la nueva Ley del Suelo introduzcan nuevas restricciones en la edificación en suelo rústico, tal y como reclaman los grupos ecologistas. Los propietarios que todavía no las tienen declaradas como arrendamiento vacacional quieren tramitar su legación antes de que entre en vigor la nueva normativa que impondrá unas zonas concretas en las nuevas construcciones donde se pueda desarrollar el alquiler turístico.

El 80% de infracciones

Desde el Consell de Mallorca explicaron que casi el 80% de las infracciones urbanísticas en suelo rústico que se han detectado en los dos últimos años corresponden a obras que se realizan para poder destinar la vivienda al alquiler vacacional. La construcción de piscinas sin licencia es el caso más paradigmático, según explicaron desde la institución insular. Asimismo, se han detectado multitud de cambios de tejados. En este caso, la normativa urbanistíca contempla que cuando en una edificación se cambia el tejado, automáticamente pasa a ser considerada una obra mayor y, por consiguiente, se necesita un proyecto y el correspondiente permiso del Consell de Mallorca, organismo que tiene las competencias en suelo rústico.

Durante el último año, el Consell de Mallorca ha conseguido demoler unas 50 obras irregulares en suelo rústico, la mayoría de ellas han sido ejecutadas por los mismos propietarios autores de la infracción a raíz de las multas coercitivas, que incrementan el montante de la sanción si el propietario no cumple con la legalización o demolición. El Consell se encontró en 2015 con más de 1.000 obras ilegales sin sancionar.

Desde el Consell confirmaron que la gran mayoría de las demoliciones de obras ilegales que se han dictaminado también corresponden a propietarios que realizaban ampliaciones o construcciones como piscinas o porches, con el claro objetivo de destinarlas al alquiler turístico.