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Los rostros humanos de una técnica polémica

Un matrimonio afectado por la reproducción asistida: "Mi hijo ha estado retenido veintidós meses en Moscú"

El vástago de una parejamallorquina nacido en un vientre de alquiler en Rusia a finales de 2014 logró llegar a la isla el pasado mes de octubre

Isabel Valls y Pedro D. Manresa muestran una foto de su hijo. G. Bosch.

"Lo conseguimos sacar de Rusia con un pasaporte ruso porque a través de la embajada española era imposible. Y el niño está ahora por fin con nosotros aunque, a todos los efectos legales, es un ciudadano ruso. Mi hijo ha estado retenido veintidós meses en Moscú", lamenta Pedro Daniel Manresa, un mallorquín que, junto a su mujer Isabel Valls, tuvo un hijo a través de un vientre de alquiler en Rusia en diciembre de 2014. Desde su nacimiento hasta el pasado mes de octubre en el que consiguieron finalmente sacarle del país, el pequeño ha estado al cuidado de una niñera en la capital moscovita.

Pedro Daniel Manresa revela que consiguieron traer a su hijo a Mallorca gracias a la mediación del abogado de otra balear, la ibicenca Teresa Gregorio, letrado que había conseguido sacar unos meses antes a su hija Karla nacida en parecidas circunstancias también en la capital moscovita. "Primero consiguió que le concediesen la ciudadanía rusa y, con ella, le hicimos el pasaporte ruso con el que pudimos salir del país. Aquí le hemos pedido el permiso de residencia, pero todavía no nos han contestado. El abogado que nos lleva a los dos (su caso y el de la ibicenca Teresa Gregorio) está realizando los trámites para que nuestros hijos tengan la nacionalidad española y luego poder inscribirlos en el Registro Civil", explica este padre que deplora que, mientras tanto, "nuestros hijos vienen a ser como ilegales".

A este matrimonio mallorquín, que desde el nacimiento de su hijo (el 29 de diciembre de 2014) le ha visitado hasta en seis ocasiones en la capital rusa, la llegada de su vástago a Palma le ha cambiado radicalmente la vida. "Cuando íbamos a verle pasábamos con él entre quince días o un mes en un hotel. Y nuestra única preocupación era cuidarle y jugar con él. Ahora las cosas son distintas, ha entrado en nuestra vida cotidiana y el cambio ha sido un poco estresante y agotador", admite este padre primerizo.

Treinta mil euros

Pedro Daniel revela que los 22 meses que el niño ha estado en la capital rusa a cargo de una cuidadora porque las autoridades españolas no autorizaban su entrada en el país, les ha salido muy caro, no menos de treinta mil euros, calcula. A principios del pasado mes de octubre el matrimonio mallorquín regresó a Moscú y consiguió volver a Palma con su pequeño el 27 de octubre.

"El crío se ha adaptado muy bien aquí, no ha extrañado nada porque ya nos tenía confianza por el tiempo que habíamos pasado con él en Moscú. El acoplamiento en Palma ha sido rápido", asegura.

"Habla muy poco, palabras sueltas. ¿En qué idioma? En mallorquín", afirma orgulloso Pedro Daniel, que revela que en el Servei de Salut también le han negado la documentación para que su hijo sea atendido en la sanidad pública. "Lo chequeamos nada más llegar y estaba al día en lo que a vacunas se refiere. De momento, le hemos hecho un seguro médico privado mientras esperamos el permiso de residencia antes de volver a pedir al IB-Salut que le atienda. De todas formas, nos han asegurado que ante una urgencia le atenderán con mi tarjeta sanitaria. De momento, nos está creciendo bien", se consuela Pedro Daniel, que revela que el mes que viene su hijo Alejandro ya comezará en una escoleta.

Mientras tanto, la ibicenca Teresa Gregorio se está preparando para el "segundo round" de su batalla por conseguir la ciudadanía española para su hija Karla mientras sigue sin entender que no se la concedan estando ya en el país y siendo ella su madre. "Hay más casos de maternidad subrogada en Eivissa y en Balears. Lo que pasa es que lo han hecho en Estados Unidos y no les han puesto tantos problemas para entrar con sus hijos", concluye.

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