La decisión del Gobierno Rajoy de tumbar la petición unánime de los partidos de Balears para que haya una tarifa plana de 30 euros para volar entre islas seguía aún ayer generando escozor entre los responsables políticos del Govern balear, que no entienden que el Estado excuse el coste de 17 millones de la medida para rechazar por dinero la reclamación de la comunidad que más recaudación por habitante aporta a España. "Es que los aviones son nuestro AVE", lamentaba el vicepresident Barceló, que así se lo dijo al ministro de Turismo, que no estaba al tanto de la polémica e ignoraba incluso cómo funciona el actual descuento de residente insular.

Igualmente dura era Francina Armengol, que atribuye la decisión de Rajoy a un intento de "chantaje político para que le aprueben los presupuestos". O traducido: el PP nacional estaría intentando forzar el voto favorable a los presupuestos de partidos como el PSOE, presionando con la cancelación de proyectos clave para algunas autonomías. Es el caso de las conexiones interislas con tarifa plana, aprobadas en Balears con el apoyo de todos los partidos, incluidos PP y Ciudadanos, que esta semana en el Congreso en Madrid votaron lo contrario que en el Parlament balear y tumbaron la propuesta.

De ahí también el "enfado mayúsculo" de Francina Armengol, que lamenta que el Gobierno central no se dignase ni a informar de sus intenciones. "Se lo explicamos al ministro (de Fomento) cuando vino a Palma, se lo dije personalmente al presidente Rajoy en la conferencia de presidentes y ahora hacen esto, que no tiene sentido, cuando contaba con el apoyo de todos los partidos. Es una falta de lealtad insultante, pero no nos pararán. El Gobierno central está obligado por ley a compensar la insularidad y vamos a seguir peleándolo", decía Armengol. Barceló remachaba luego: Balears nunca es tenida en cuenta, hay que decir basta".