Pese a que en Mallorca habrá unas 1.200 personas en lista de espera para acceder a una plaza en una residencia de ancianos, la mitad de ellas residentes en Palma, la proyectada en Son Dureta solo contará con 120 plazas en un edificio de nueva construcción de unos 8.000 metros cuadrados distribuidos en dos plantas en las que la mayoría de las habitaciones serán individuales.

Preguntada por el hecho de que por qué no se ha apostado por una residencia de mayores dimensiones con la que atenuar la actual escasez de plazas residenciales, la consellera de Serveis Socials Fina Santiago responde que "una residencia de 400 plazas es inhumana. Siguiendo los modelos actuales, haremos una residencia en la que las personas se conozcan por sus nombres, tanto entre los propios residentes como entre los profesionales que les atiendan".

"No hay que olvidar que para los residentes será su nuevo hogar. Y está demostrado que las residencias deben tener un máximo de plazas que oscila entre las 100 y las 120 para poder garantizar la eficiencia de la infraestructura conjugada con una labor asistencial que tenga calidez humana", sostiene Santiago antes de revelar que los modelos más avanzados de este tipo de residencias, los noruegos, están construyendo centros para no más de 50 usuarios.

Pendiente de la autorización del propietario de los terrenos, la Tesorería General de la Seguridad Social, para poder erigir esta residencia en un solar de exclusivo uso sanitario, la consellera calcula que el coste de la infraestructura no superará los 8,5 millones de euros y asegura que será el primer edificio que se construirá en el antiguo recinto de Son Dureta.

"El coste es asumible y lo iremos distribuyendo en los presupuestos anuales, en ningún momento pensamos en externalizar este servicio", descarta Santiago antes de revelar que,pese a que están impulsando otras dos residencias en Palma y Marratxí, la proporción actual entre plazas residenciales públicas y privadas en Mallorca es de un 45% frente al 55%.

"En estos momentos, solo nos queda crecer en lo público porque además acabamos de concertar 244 plazas con el sector privado, al que ya no le queda mucho margen de maniobra. Además, los terrenos del viejo Son Dureta se pagaron con las cuotas de la Seguridad Social, por lo que resulta de justicia que los terrenos sean de uso público ya que, en definitiva, estamos trabajando por la recuperación de un derecho", zanja.