El aeropuerto de Palma se prepara para aumentar su capacidad operativa y recibirá durante los próximos cuatro años la mayor lluvia de millones de lo que va de siglo. Según refleja el programa oficial de inversiones y actuaciones de la empresa semipública que gestiona los aeropuertos (Aena), en Son Sant Joan se ejecutarán hasta finales del año 2021 proyectos por valor de 296,84 millones de euros.

Darán para mucho: con ese dinero, más del que costó Son Espases y el triple de lo inyectado en el gigantesco y controvertido Palma Arena, en Aena prevén financiar desde obras para reforzar la seguridad y la climatización a actuaciones pensadas para reducir el impacto ambiental de una infraestructura por la que pasan ya al año más de 26 millones de pasajeros. Aunque la partida más importante se engloba en un solo capítulo, el de "adaptación al diseño funcional del aeropuerto", un destino poco preciso al que se consignan 140 millones de euros. En él hay de todo, aunque el grueso son obras de ampliación, según reconocen fuentes del aeropuerto, que matizan que esas inversiones servirán en parte para aumentar los espacios de la terminal y los servicios de apoyo a la operativa aérea, pero "no están concebidas para elevar la actividad y el número de vuelos, sino para reducir los retrasos y mejorar la calidad y comodidades del servicio que se da a los clientes".

Edificio procesador

Hecha la precisión, el aeropueto será aún más grandeel aeropueto será aún más grande. Para empezar, crecerá su zona central: el "edificio procesador", como llaman a los vestíbulos que conectan todas las zonas de llegadas y salidas y albergan, por ejemplo, la mayoría de las tiendas y todos los controles de seguridad, ampliará su espacio, al desplazar toda la zona de aduanas, que será trasladada a un anexo a este espacio central. Tambien habrá más "posiciones de contacto", es decir, puertas de embarque desde las que acceder directamente al avión. Para lograrlo los módulos A y D se alargarán mediante "dos pasillos a los que se conectarán varios fingers". Habrá así más plazas para estacionar aviones junto a la terminal. A cambio se eliminarán estacionamientos remotos, dicen en el aeropuerto, en referencia a que se reducirán los espacios destinados a que los aviones embarquen y desembarquen a sus pasajeros recurriendo a autobuses.

Más capacidad en hora punta

En pos de la eficacia y la rapidez en la operativa del que fuera el verano pasado el aeropuerto más congestionado de Europa, Aena destinará otros 10,95 millones a incrementar "la capacidad punta" del sistema con el que se distribuyen hasta las cintas de recogida los equipajes que viajan en las bodegas de los aviones. En la misma línea de persecución de la velocidad en el tránsito de pasajeros y aeronaves por Son Sant Joan, está proyectada la instalación de nuevos pasillos rodantes y más ascensores. Y lo mismo que en la terminal se perseguirá en el campo de vuelos, donde, por ejemplo, una de las prioridades será mejorar las salidas rápidas en una de las pistas, actuación que, de hecho, es considerada "estratégica" dentro del programa de inversiones.

Para terminar de optimizar el uso de la plataforma por la que se mueven los aviones, Aena pretende ejecutar obras por valor de 22 millones, a las que se sumarán otros 16 millones con los que quieren urbanizar la zona industrial de Son Sant Joan.

Con todo eso, el aeropuerto reforzará su capacidad actual, que ya es grande: en la actualidad Son Sant Joan ya está listo para recibir 34 millones de pasajeros, es decir, 8 millones más de los que pasaron por Mallorca el año pasado, cuando la isla vivió la campaña de mayor presión humana de su historia turística. El aeropuerto está además oficialmente capacitado para asumir 79 vuelos a la hora, uno cada 45 segundos, un 21% más que los 66 que se han estado autorizando hasta ahora, cifra, que la dirección del aeropuerto promete no elevar. "Todas las actuaciones previstas están pensadas solo para dar comodidad a los usuarios y para agilizar la operativa y que no haya tantos retrasos", remachan en Son Sant Joan.

La insistencia en la explicación llega después de la polvareda levantada por la información que adelantó este diario de que Enaire, primera accionista de Aena y responsable del control del tráfico aéreo, ha comunicado a su plantilla que entre 2017 y 2021 van a elevar la actividad operativa de los 66 vuelos por hora actuales a un total de 80. Ese incremento de movimientos permitiría al aeropuerto recibir un avión cada 45 segundos durante las 24 horas del día que está abierto, tanto en verano como un invierno.

El salto cuantitativo es tal que encuentra tanto la contestación de los técnicos de la torre de control, que consideran que el aeropuerto y su plantilla no están preparados para asumir tal carga, como el rechazo frontal del Govern, colectivos ecologistas y plataformas vecinales, que ven "inadmisible" un aumento de la operatividad del aeropuerto que, dicen, solo redundará en más saturación y excesos turísticos.

Niegan la mayor en el aeropuerto: mientras preparan sus terminales para crecer y advierten desde las autoridades aéreas a sus profesionales de control de una mayor carga de trabajo, en Aena insisten en que no aprovecharán todo ese potencial que están ganando a base de inversiones multimillonarias para meter más pasajeros, sino que lo hacen para que los usuarios estén más cómodos. De hecho las cifras recogidas en el plan de inversiones y expansión hasta el 2021 apuntan a que Son Sant Joan, que solo en 2016 ganó más de 2,5 millones de pasajeros, hasta alcanzar un tráfico de 26,3 millones, avanzará en los próximos cuatro años menos que en 2016: según los cálculos que hace ahora Aena, su actividad alcanzará los 28,5 millones en 2021. Es decir, invierten 296 millones de euros para crecer en cuatro años menos de lo logrado solo en 2016. Para entonces Son Sant Joan habrá superado, dicen, los 210.000 vuelos por año, 32.000 más que en 2015 y 15.000 más que en 2016 de los récords de pasajeros, beneficios y saturación turística.