Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Salud y deporte

Grasa para mejorar el rendimiento deportivo

El corredor de montaña Tòfol Castanyer se somete a una novedosa intervención quirúrgica

Patricia Hernández, coordinadora de Medicina Deportiva en Sant Joan de Déu. hsjd

Hace apenas dos semanas, el pasado 9 de febrero, el corredor de montaña Tòfol Castanyer pasó por el quirófano para tratarse con una novedosa técnica una tendinopatía crónica del tendón de Aquiles bastante avanzada. Se trata de la primera intervención de este tipo realizada en Mallorca y, básicamente, consiste en regenerar el tejido dañando mediante células madre maduras extraídas de la grasa del propio paciente. Con esta terapia, el atleta solleric se ha evitado una intervención más compleja, que le hubiera supuesto pasar cerca de medio año parado sin poder realizar actividad física.

Patricia Hernández, coordinadora de la Unidad de Medicina Deportiva del Hospital Sant Joan de Déu donde se ha aplicado esta nuevo técnica, explica los pormenores de esta terapia de medicina bioregenerativa aplicada a las lesiones deportivas. La clave: regenerar, en vez de reparar, un tejido dañado.

"Para aplicarla primero es necesario extraer grasa del propio paciente, de la zona en la que acumule más. Normalmente se extraen entre 50 y 60 milímetros de grasa de la barriga, muslo o glúteos mediante una lipoaspiración y luego se la somete a un proceso de centrifugación, filtración y digestión del tejido lipoaspirado. De este proceso obtenemos la fracción vascular estromal que contiene las células madres maduras", describe la coordinadora.

"Estas células son capaces de mimetizar el tejido allí donde se implanta. Pueden reproducir ligamentos, cartílagos o tendones", continúa la especialista, que añade que el objetivo de esta infiltración es triple. En primer lugar, activar la microcirculación local de la zona lesionada donde se implanta. En segundo, regenerar las células del tejido lesionado. Y por último, formar nuevas fibras: "Todo ello mejora la oxigenación del tejido afectado", concluye Hernández.

La coordinadora de la Unidad de Medicina Deportiva matiza que esta novedosa terapia no es la primera opción que se baraja para tratar una lesión deportiva ya que es un tratamiento muy caro-entre 5.000 y 10.000 euros por implante, revela-. "Se reserva para casos complicados que no han mejorado tras tratamientos más conservadores como pueden ser la fisioterapia, entrenamientos personalizados u otro tipo de infiltraciones", diferencia.

"Las células madre maduras no son como una semilla que se planta y crece por sí sola. Actúan como el agua que usas para regar y necesitan actuar sobre algo de sustrato para que crezca tejido", indica Hernández, tratando de aclarar la dinámica de la terapia.

Esta nueva técnica está especialmente indicada para artrosis de rodilla, lesiones tendinosas en el tendón de Aquiles o para los codos de tenista o golfista: en general, donde haya cartílago y músculo, acota la coordinadora.

Sobre el proceso que debe seguir el deportista, Hernández señala que, tras una valoración en la consulta, debe acceder en ayunas al quirófano, donde se le administra anestesia local y se le extrae la grasa y se le infiltra. Todo el proceso se dilata por espacio de unas tres horas tras lo cual, al cabo de otra hora fuera del quirófano, se puede marchar a casa con analgésicos para mitigar el dolor si fueran necesarios.

"Puede tomar analgésicos pero no antiinflamatorios ya que las células infiltradas actúan como estos últimos. Tras la intervención, al paciente le duele más la zona de donde le han extraído la grasa que la lesión en sí porque ya se nota el efecto antiinflamatorio de las células madre", asegura la coordinadora de la Unidad.

Reposo postoperacional

Durante la primera semana tras la operación se recomienda un reposo relativo, esto es, no hacer deporte pero sí llevar una vida normal. "Y durante la segunda semana se empieza de forma muy progresiva a introducir algo de actividad física guiada por un preparador físico o un fisioterapeuta. En función de la evolución, los efectos antiinflamatorios ya se notan a las dos semanas aunque los efectos regeneradores pueden tardar en percibirse entre seis y doce meses. Dependerá de la calidad de las células introducidas. Las de una persona de treinta años serán de mejor calidad que las de un deportista con más edad", razona.

Patricia Hernández concluye delimitando el perfil del paciente que podría beneficiarse de estas infiltraciones: una persona de entre 45 y 65 años que ha practicado deporte durante toda su vida con un desgaste articular o deterioro del tendón. "Los pocos estudios concluyentes que existen sobre esta nueva terapia han demostrado que, como mínimo, atenúan el dolor", garantiza.

Compartir el artículo

stats