Un exempleado del Grupo Cursach declaró al juez Penalva y al fiscal Subirán que la droga que venía consumiendo habitualmente la obtenía directamente en el trabajo. Este testigo era un trabajador que se encargaba de controlar la entrada de clientes en uno de los locales que el empresario tiene en la Platja de Palma. Explicó que esta droga no la obtenía directamente de Cursach, sino que era su "mano derecha", el director general Bartomeu Sbert, el que se la proporcionaba. Este testigo no señaló las veces que le entregaban la droga, ni las cantidades que recibía. Sin embargo, declaró que Sbert era quien controlaba el dinero que generaba este negocio del narcotráfico.

Durante años se ha venido especulando sobre la relación entre el Grupo Cursach y el tráfico de drogas. Sin embargo, nunca se ha realizado ninguna operación que pueda implicar al empresario con este negocio, ni se le ha relacionado jamás con ningún alijo intervenido. La única prueba sólida que le relacionaría con este negocio es la declaración de este testigo, cuya credibilidad deberá ser analizada en un futuro por el tribunal que juzgue a los tres detenidos.

Pero además del narcotráfico, otro de los delitos graves que atribuyen a Cursach es la corrupción de menores. Otro testigo interrogado por la Policía señaló que le constaba que el empresario manejaba material pedófilo. No lo tenía directamente en su poder, sino que este material lo manejaba un empleado de su máxima confianza, precisamente para que no se le pudiera vincular con estas imágenes pornográficas. Sin embargo, la Policía no ha podido tomar declaración a este empleado de confianza porque, casualmente, falleció hace algunos meses, supuestamente por una sobredosis de droga. Precisamente, por las sospechas que genera este caso la Policía también está investigando las circunstancias en las que se produjo esta extraña muerte.

En los más de dos años que los investigadores han estado recopilando pruebas contra Cursach y sus negocios se ha constatado que ha tenido a sueldo a varios policías locales de Palma. A uno de ellos, por ejemplo, lo contrató para que tapizara todo el mobiliario de uno de sus locales y a otros les contrataba para colocar cámaras de seguridad o aparatos de refrigeración. También se ha comprobado que algunos policías trabajaban como porteros de seguridad en algunos locales del empresario.

Precisamente, para coordinar la seguridad de todos sus locales Cursach contaba con un antiguo inspector de la Policía Local, Antoni Bergas, quien también está detenido. En el cuartel de San Fernando se detectaron las visitas constantes que realizaba Bergas, cuando ya trabajaba para Cursach, para reunirse con los mandos de la Policía Local. Se tomó la decisión de prohibirle que entrara en las dependencias, ante las sospechas que generaba su presencia.