El conseller Vicenç Vidal se refugia en el patriotismo vegetal para acusar de enemigos de la imagen de Mallorca a quienes informen sobre la plaga de mayor entidad que ha sufrido la isla. Los científicos a sueldo del Govern se escandalizan sincronizadamente, si se les sugiere que la desaparición de cientos de miles de almendros durante la última década está vinculada a la XylellaXylella.

Con la experiencia de tres años de trabajo en el foco de Son Carrió, el patólogo vegetal Eduardo Moralejo defiende la conexión mortífera. "La Xylella ha matado a los almendros mallorquines, me atrevo a decirlo con un noventa por ciento de seguridad. La bacteria es la causante de la desaparición de estos árboles con más de treinta años de antigüedad durante la última década".

Moralejo incide en que una subespecie de Xylella, hallada en el vivero donde el Govern coloca el punto cero de la plaga, se corresponde con la variante que ataca a los almendros. A pesar del acopio de pruebas que obligaban cuando menos a la moderación, el Govern sostenía este mismo año la desconexión entre la bacteria y la extinción acelerada de los almendrales mallorquines.

En sesiones informativas con los payeses, expertos de Agricultura seguían fijando la atención en los hongos, que son un factor coadyuvante de la Xylella. Mantenían la negativa cuando los propios agricultores señalaban las llamativas coincidencias con el proceso destructivo experimentado en zonas de Italia.

Los pronunciamientos de sociedades científicas se entienden mejor atendiendo a su dependencia del Govern. Descendiendo de la teoría a la hipótesis, una de las dignas de consideración fija la llegada de la Xylella en las plantas requeridas para el boom de la construcción de la pasada década.