El Parlament ha pagado finalmente con fondos públicos la totalidad de la factura de un detective privado que contrató la expresidenta Xelo Huertas, que incluyó un barrido antiespionaje en su vehículo particular. Después de no poco debate, la Mesa -el órgano de gobierno de la Cámara autonómica- acordó hace unos días abonar los 2.299 euros que costó el rastreo efectuado por un profesional de Palma en busca de aparatos de escucha y/o grabación ilegal, de la que Huertas creía falsamente estar siendo objeto.

Tras interceptar la factura a finales de enero, la Mesa decidió paralizar su abono ante las sospechas de una posible irregularidad: Además del despacho oficial y otras dependencias al servicio de la presidencia, Xelo Huertas hizo rastrear su propio coche en busca de micrófonos u otros sistemas de espionaje ilegal. Podemos, su antiguo partido, dejó entrever que denunciaría a Huertas si el Parlament pagaba la inspección de su turismo. No ha actuado de momento.

El Parlament requirió al detective para que desglosara los conceptos del barrido que efectuó por encargo de la entonces segunda autoridad de Balears el 5 de diciembre pasado. No obstante, este profesional ha rechazado presentar una segunda factura detallada, según explican fuentes de la Cámara, sin desgranar los motivos aducidos.

El detective se reafirmó en que había recibido desde la presidencia del Parlament el doble encargo para el rastreo en busca de aparatos electrónicos camuflados tanto en las dependencias oficiales como en el coche particular de Huertas; y que el trabajo se había hecho, sin haber encontrado ningún mecanismo de escucha ilegal.

Ante la negativa del detective a desglosar la factura, la Mesa optó al final por pagar la totalidad del trabajo. A la misma no asistió aún el nuevo presidente del Parlament, Balti Picornell, que sustituye a la podemista tras su expulsión de Podemos. Tanto los dos miembros del PP como el del PSOE y Més consideraron que había que abonar el trabajo porque se había realizado, y que no era responsabilidad del detective la inclusión del barrido en el coche particular de Huertas.

Para buscar micrófonos ocultos el detective tuvo que llevarse el vehículo hasta un taller mecánico, donde fue cuidadosamente examinado en los bajos mediante un elevador y se desmontaron piezas el interior, todo sin éxito.