El juez Castro, instructor del caso Nóos, se ha reincorporado hoy a su juzgado en Palma, después de unos días de recuperación tras someterse a una intervención quirúrgica en la espalda, realizada horas antes de que la Audiencia Provincial absolviese a la infanta Cristina y condenase a cárcel a su marido. Su vuelta ha coincidido con la de Urdangarin a Palma. Preguntado al pie de la internacionalmente famosa cuesta de los juzgados de Palma, José Castro ha asegurado vivir desde la distancia la vistilla en la que hoy mismo podría decidirse el ingreso en prisión de Iñaki Urdangarin y Diego Torres: "No estoy especialmente interesado en lo que pueda pasar hoy, no tengo un interés particular en la cuestión", ha apuntado el juez, que hace unos días se declaraba sorprendido por el hecho de que las juezas de la Audiencia hayan tomado por válidas las principales tesis de la defensa de la infanta, es decir, que no estaba al tanto de los manejos de su marido, pese a lucrarse personalmente del entramado corrupto de Noos.

Sobre la posibilidad de que entre en prisión Iñaki urdangarin, Castro ha sido contundente: "Las sentencias. Luego ha matizado: "Se ejecutan cuando son firmes. Hay posibilidad de que se solicite una prisión preventiva, aunque esa opción también existe antes de que se juzgue, pero ese tipo de medidas cautelares de carácter personal hay que valorarlas en cada caso. La Fiscalía sabrá si considera que se cumplen requisitos para ello", abundaban el juez Castro, horas después de que el fiscal superior de Balears, Bartolomé Barceló, metiese presión al fiscal del caso Pedro Horrach, sosteniendo que él no ve que se cumplan los criterios de riesgo de fuga que justificarían un ingreso inmediato en prisión.

El desconcierto de Castro

El juez, que contribuyó a desenmarañar las redes que Urdangarin y Torres tejieron para obtener dinero público de Balears y Valencia y enriquecerse personalmente con él, se mostró muy crítico minutos después de la sentencia que absolvió a la infanta. El hecho que de Cristina de Borbón no fuese condenada pese a haberse lucrado con la corrupción de Noos llevó al juez a declarse sorprendido: "Hay cuestiones que a uno le desconciertan". Concretamente, se preguntaba "qué lleva a pensar que la infanta no conocía los orígenes del dinero y que no prestó colaboración en la maquina de defraudar que era Aizoon".