El secretario de Estado de Educación, Marcial Marín, insistió ayer desde Palma en la necesidad de firmar un pacto social y político para traer estabilidad al sistema educativo, pero aprovechó también para dejar clara la postura del Gobierno en distintos aspectos, como por ejemplo el futuro de la LOMCE.

En la conferencia que impartió como invitado en el foro de debate Café con la educación organizado por la patronal CECEIB, Marín fue categórico: "Derogar la LOMCE y hacer tabla rasa ahora sería un disparate y un fracaso absoluto. Dejaríamos en barbecho a 8,6 millones de alumnos" consideró. Tachó de irresponsables tanto la propuesta de ley aprobada para derogar la ley orgánica como la convocatoria de huelga contra la Ley Wert convocada por sindicatos y familias para el próximo día 9.

Aseguró que entendería una huelga a un Gobierno "que no escuchara y siguiera recortando", pero no la comparte ahora, cuando el Ministerio ha dado "las llaves del coche" a la comunidad educativa. Recordó que el pasado martes se formó la subcomisión técnica del Congreso por la que pasarán unas 80 entidades del sector para confeccionar, en un plazo de seis meses, un texto con "las líneas de encuentro". Señaló la necesidad de agilizar el proceso para que no se acerque demasiado a la próxima cita con las urnas y los intereses electorales den al traste con el pacto, algo que admitió que sucedió durante la legislatura de Rodríguez Zapatero, cuando se estuvo a punto de conseguir cerrar un acuerdo por la educación.

Marín fue más allá y responsabilizó a los convocantes de la protesta (que en Balears secundan CCOO, STEI y UGT) del futuro de las becas: explicó que si se derogase la LOMCE tendrían que devolver los 615 millones de financiación que han llegado del Fondo Social Europeo y habría que "sacar ese dinero de otro lado".

Mientras que por un lado Marín insistía en la necesidad de "construir" y "ceder" para firmar un pacto y admitía que las mayorías absolutas "son malas porque es cuando cada partido saca su ley sin escuchar"; por otro insistía en que derogar la LOMCE supondría "cargarse todo el sistema educativo español". Defendió que la LOMCE no deja de ser "la LOE reformada"; una ley que, "aunque es mejorable", aseguró que "está funcionando" ya que en la última legislatura España ha mejorado su tasa de abandono escolar temprano y ha mejorado su rendimiento en evaluaciones internacionales como PISA.