"Han dicho que se iba por motivos personales, pero la han presionado. La han invitado a dejar el cargo, no se ha ido por propia iniciativa". Esta es la impresión que sacó más de un jefe de servicio de Son Espases tras la reunión a la que les convocó ayer, a la una del mediodía, la todavía gerente de Son Espases, María Dolores AcónMaría Dolores Acón, para explicarles los motivos de su "renuncia" comunicada oficialmente el pasado martes. Una renuncia que el IB-Salut atribuyó sin sonrojo a "razones personales".

"Por lo que nos ha comentado, a nadie le ha quedado ninguna duda de que ha sido así. Tras agradecernos nuestra colaboración, la gerente se ha mostrado muy afectada. Y todo el mundo estaba muy serio en la reunión. Esta decisión nos ha destrozado moral y anímicamente. No ha tenido oportunidad de trabajar en los proyectos que había puesto en marcha", abundaron varios facultativos asistentes a la despedida.

Estos profesionales ven la destitución de Acón como un parón en los proyectos que la gerente ya había puesto en marcha a la espera de que llegue el próximo responsable y decida si continúa con ellos o los aparca. "Se va a ralentizar todo, será un paso atrás para proyectos que ya se habían iniciado", lamentaron.

Y es que esta destitución vestida de renuncia por motivos personales ha sido percibida en Son Espases como un capítulo más de la caída en desgracia del hospital de referencia entre las prioridades del Servei de Salut.

"Sentimos que hay bastante interés por parte del Servei de Salut de potenciar otros hospitales. No nos están favoreciendo en nada. Basta con ver cómo han mermado las inversiones en este comienzo de año".

"El ambiente es malo", admitía un alto cargo del hospital, que corroboraba que "es como volver un año y medio atrás. Además, no sabemos quién va a ser su sustituto, si conocerá el hospital o se tendrá que poner al día de manera acelerada. Todo el trabajo hecho por esta gerente se perderá".

Entre las fuentes consultadas también era bastante generalizada la sensación de que Son Espases era un barco demasiado grande y complejo para una gestora que venía de manejar un hospital comarcal. "No ha dado la talla para dirigir este hospital ya que quería manejarlo como uno de dimensiones mucho más modestas. El hospital está parado, no ha tenido proyecto, va a la deriva, su único rumbo han sido las listas de espera", opinaba un responsable de un servicio médico. "No ha mostrado la empatía y la intuición necesaria y se ha estampado porque carecía de la experiencia suficiente", estimaba otro.

Yolanda Montenegro, la directora médica que se trajo Acón desde el hospital comarcal de Laredo (Cantabria), no salía mejor parada. "La directora médica ha hecho auténticos desastres. Ejercía el papel de poli malo", recriminaba otro facultativo, que lamentaba la decisión gerencial de cerrar el Verge de la Salut a las intervenciones de corta estancia y limitar su utilización a pacientes de tipo sociosanitario.

Otro facultativo desmentía que la renovación de las doce jefaturas de servicio ocupadas hoy en día por cargos temporales sea una de las causas de su remoción del cargo por el simple hecho de que, aseguró, "el que las está parando es el Servei de Salut. Acón creó una comisión mixta en el hospital para que la elección de los jefes dejara de hacerse por libre designación, que no fuera una prerrogativa del gerente. Y esta iniciativa está parada en el Servei de Salut desde el pasado mes de octubre. En una reunión nos dijeron que esto estaría solucionado este mes de marzo y todavía ni se han fijado las bases del concurso ni se han constituido los tribunales".

Y mientras tanto, los profesionales que están ejerciendo de jefes desde hace mucho tiempo tan solo perciben un complemento de 200 euros mensuales que Acón estableció el pasado verano.