El presidente balear que pasará a la historia por los delitos cometidos por sus subordinados cada vez que él decía "hágase", como él mismo confesó en su día ante el juez Castro, vuelve a verse condenado a cárcel por sus caprichos incompatibles con la ley. En este caso las juezas del caso Nóos explican que "la decisión caprichosa" del expresidente fue complacer al entonces yerno del Rey Juan Carlos y hoy cuñado condenado del Rey Felipe VI. Y así se lo afean en la sentencia las juezas Samantha Romero, Rocío Martín y Eleonor Moyá, que justifican su condena de tres años y ocho meses de cárcel por prevaricación y fraude contra la Administración en las maniobras de Jaume Matas para conseguir que sus subordinados se saltasen la ley para que él se ganase el favor del entonces duque de Palma y su Infanta.

El relato que hacen en la sentencia las juezas se parece mucho al que en su día articuló el instructor del caso, el juez Castro. Consideran así que Jaume Matas toma "unilateralmente" su "decisión caprichosa" y la transmite de forma "verbal" a sus subordinados, para que sean ellos quienes entreguen dinero público a Nóos y Urdangarin, antes de bajarse ellos mismos al fango para "revestir de legalidad" las decisiones "arbitrarias" del propio expresident.

Algo que Matas y los suyos no tuvieron empacho en hacer, abundan las autoras de la sentencia, que también consideran probado que los subordinados del expresidente del Govern y del PP balear llegaron al punto de falsear actas en las que hacían constar reuniones ejecutivas que en realidad nunca se celebraron. Todo para que Matas pudiese satisfacer al entonces duque de Palma, que por su parte, según sostiene la sentencia y siempre defendieron tanto el juez Castro como el fiscal Horrach, utilizaba "su privilegiado posicionamiento institucional" y su capacidad de "influencia" para "mover las voluntad de las autoridades y funcionarios públicos de Balears con el fin de que se plegaran" a los deseos de Urdangarin. Por eso precisamente, las juezas justifican que al marido de la Infanta se le imponga la máxima pena posible por tráfico de influencias, "en atención a las concretas circunstancias personales del autor, derivadas del posicionamiento institucional que ocupaba (...), que le hace merecedor de un mayor reproche penal".

Las exigencias de Urdangarin

Y entre la "influencia" de Iñaki Urdangarin y el "capricho" de complacerle de Jaume Matas, llovieron los fondos públicos del Govern, que luego en Nóos gastaron como quisieron. También lo dice la sentencia, en la que las juezas documentan que no están justificados al menos dos pagos realizados por la Fundación Illesport del Govern balear a la trama liderada por Iñaki Urdangarin y su socio. Consideran así defraudado un total de 619.000 euros de todos los baleares. La sentencia pone el acento en que casi medio millón de euros se abonó como consecuencia de "la reiterada exigencia de pago" por parte del marido de la Infanta y de Diego Torres, su mano derecha en Nóos, pese a que todos los implicados en la trama balear de Nóos eran "conscientes de que lo servicios no se habían prestado". "Debieron acreditar el interés público de la contratación" con Nóos. Pero no lo hicieron: era un capricho.