Cristina de Borbón es más inocente que Isabel Pantoja, y por los mismos motivos. La sentencia empeora al leerla. De los 750 folios, solo sobran 500. Un año de exclusividad para redactar este mamotreto es un lujo más caro que un foro de Urdangarin. Sin embargo, el legajo adquiere irisaciones inusitadas al emprenderlo como texto humorístico.
Los foros millonarios de Urdangarin que nadie recuerda "procuraron un retorno positivo para la administración". No se ría todavía, que ahora viene lo mejor. "Los eventos sobre turismo y deporte" propiciaron "la desestacionalización del turismo". Su resultado fue "exitoso". No hay una sola persona en toda Europa que recuerde el nombre de aquellos engendros. Incluidas las magistradas, que por entonces ni siquiera vivían en Mallorca. A propósito, los foros se llamaban "Illes Balears Toursport Summit". Ya puede reírse.
Ni Escarrer, ni Fluxá, ni Barceló. Ni TUI ni Thomas Cook. El balonmanista y su inocente esposa lograron "la desestacionalización del turismo" que Mallorca perseguía desde un siglo atrás. Lo dice una sentencia. ¿Sabe cuál fue la conclusión de aquellos foros? También literal, "el deporte es bueno para el turismo". Usted pagó más de dos millones de euros por este descubrimiento trascendental. El tribunal dice que le ha salido barato. En concreto, "no puede descartarse que el precio de la cumbre fuera ajustado al precio de mercado". ¿"Cumbre" esa pachanga? ¿"Ajustado" ese derroche sin justificación teórica ni documental "a todo lo que viniera de Urdangarin", en palabras de Pepote Ballester también recogidas? ¿"Precio de mercado" ese mercadeo de chalanes sellado sin rechistar en el palacio de Marivent? Diego Torres comparó la farsa de Mallorca con el Foro de Davos. Busque en internet la presencia comparada de ambos eventos. Las juezas de la "cumbre" se han tragado la equivalencia de una fiesta de globos de Urdangarin con una cumbre del G8. Ni siquiera se han informado.
A la sentencia cumbre solo le falta decretar que la vía palmesana pase a llamarse Rambla de la Infanta. La abogada del Estado María Dolores Ripoll Martínez de Bedoya tenía razón. Hacienda no somos todos. El único éxito de Pedro Horrach en la sentencia es la absolución de Cristina de Borbón. Y eso que acusaba a 16 personas, absueltas en su mayoría. Defendió con tal ímpetu a la hermana del Rey, que se quedó sin fuelle para demostrar sus imputaciones.
Se presenta "Doña Cristina Federica de Borbón y Grecia, defendida por los letrados señores Roca Junyent, Silva Sánchez, Molins Amat, Navarro Massip, Segarra Monferrer y Riutort Ramis". Seis abogados para una acusada que ocupa tres folios de la sentencia. Sin olvidar al fiscal y a la abogada del Estado, los defensores más enfáticos. Suerte que era inocente. Si llega a existir una sombra de duda sobre la pureza de la Infanta, se hubieran tenido que suspender las clases de las facultades de Derecho de toda España por ausencia de catedráticos.
Bienvenida sea la sentencia cumbre, si fue recibida "levitando" por Miquel Roca, abuelo de la Constitución. Despegarse del suelo es una hazaña remarcable a cualquier edad. A los 76 años, adquiere visos prodigiosos. La Infanta también levitaba espiritualmente mientras su marido saqueaba. Urdangarin actuó en la banda "dada su proximidad a la Jefatura del Estado que por vínculo matrimonial había adquirido". Un matrimonio en el que Cristina de Borbón no tiene nada que ver. Abracadabra.
Solo sé leer, y en mi vida he leído un texto que se contradiga con tanto descaro. En Mallorca, el balonmanista actuaba "prevaliéndose de su privilegiado posicionamiento institucional". O "se arrogaba" poderes que no le correspondían. O ejercía una maligna "ascendencia" con propósitos criminales. Todo cambia en Valencia, con idénticos foros y objetivos. Allí se destaca "la fiabilidad que aportaba la persona de Don Ignacio Urdangarin por su posición social", toma clasismo judicial. Allí se glosa "la solidez del proyecto presentado". Alguien ha aflojado los tornillos para facilitar una absolución masiva a cargo del Supremo. Si el funcionamiento de Valencia fue impecable, ni las confesiones autorizan a condenar en Palma.
Esta cumbre de la incoherencia viola una regla elemental del Derecho o incluso de la vida real. La ausencia de evidencia no es evidencia de ausencia. De ahí sus chistes: Urdangarin desestacionalizó, Urdangarin trajo el turismo a Mallorca, Urdangarin era barato, Urdangarin era soltero, Urdangarin es más importante que la Infanta.
El retorcimiento se hace peliagudo al ocultar clamorosamente detalles que avalan el compadreo. Verbigracia, "dicho encuentro entre Matas y Urdangarin tuvo lugar en el palacio de Marivent". De nuevo, el palacio es de Urdangarin, no de la Familia Real. Y sobre todo, ¿por qué se oculta que el "encuentro" fue una partida de pádel, con sus ribetes de cacería franquista y de sociedad de socorros mutuos? En todo texto, las ausencias deliberadas hablan con más vigor que las palabras.
La esencia de Nóos es muy sencilla. James Matas se reúne consigo mismo y concede 18 millones ajenos a un equipo ciclista. Sin papeles, sin manos. También por primera vez, mis carcajadas al leer la sentencia van por detrás de la rabia civilizada que detecto a mi alrededor. Para expresarla, sírvanse el mensaje ayer mismo de un abogado inteligente porque es conservador, y también "fiable por su posición social". Me escribe: "Esta sentencia pone fin al trabajo judicial contra la corrupción de los poderosos. Pueden respirar tranquilos, es solo un capón". Amén. Reflexión dominical Infantil: "En España, quien la hace, la cobra".
