Aunque Matas ha sido condenado por la contratación del instituto Nóos, la sentencia le ha salido mucho mejor de lo que él mismo esperaba. Y ello, sobre todo, porque el tribunal tiene en cuenta atenuantes que el fiscal Horrach no aceptaba. Aún así, se le condena a cumplir tres años y ocho meses de cárcel.

Antes del inicio del juicio, Jaume Matas realizó todas las maniobras que tenía a su alcance para evitar una sentencia tan severa como le reclamaba el fiscal. Acordó con Anticorrupción que iba a entregar dinero y, además, se iba a confesar culpable. Sin embargo, a la hora de la verdad, si bien es cierto que reconoció que la decisión de financiar los foros había sido suya, se desmarcó de todo el proceso posterior que sus colaboradores realizaron para dar cobertura legal a la contratación de Nóos. Su declaración, en ningún caso, convenció al fiscal Pedro Horrach, que si bien aceptó la atenuante de reparación del daño, pues Matas había vendido su palacete y había entregado el dinero, entendió que el expresident en realidad no había confesado ningún delito.

El tribunal, al igual que hace en otros muchos aspectos de las cuestiones que se discutían en este juicio del caso Nóos, tampoco coincide con el fiscal sobre Jaume Matas. Las magistradas le reconocen las atenuantes de reparación del daño, por la entrega del dinero, y la de confesión. Es decir, el tribunal entiende que es suficiente que el expolítico reconociera que había sido él quien había ordenado la contratación del instituto Nóos, tras quedar gratamente sorprendido por la presentación del proyecto que realizó el propio Iñaki Urdangarin en una visita al Consolat.

Sin embargo, esta atenuante de confesión no ha sido suficiente para que Matas evite la prisión. El tribunal ha decidido que cumpla una condena de tres años y ocho meses de prisión, lo que supone que no podrá impedir su ingreso en la cárcel. De hecho, Matas ya conoce personalmente lo que supone estar privado de libertad, puesto que cumplió una condena de nueve meses por la sentencia condenatoria que se dictó en su contra, en el primer juicio derivado del caso Palma Arena.

Aunque el tribunal no acepta la pena que exigía el fiscal y la Comunidad Autónoma, en la sentencia se muestra muy duro con el expresident. Afirma que tanto la contratación de la empresa Nóos Consultoría Estrategia, propiedad de Urdangarin y Torres, para el desarrollo de la oficina del proyecto del equipo ciclista que patrocinó el Govern, como la realización de los dos congresos, se realizó sin respetar la tramitación legal. Esta doble contratación, según el tribunal, respondió a una decisión personal que adoptó Jaume Matas, que se dejó arrastrar por la influencia que representaba Iñaki Urdangarin por formar parte de la familia del jefe del Estado,

El tribunal también confirma que este deseo del president fue trasladado a su personal de confianza, que tuvo que revestir de legalidad la decisión personal que había tomado Jaume Matas. Para ello se tuvo que simular que la contratación de Nóos la había decidido la fundación Illesport, cuando ello no era cierto, y se tuvieron que falsificar unas actas por unas reuniones que nunca se celebraron. Matas recurrirá la sentencia para evitar su inmediato ingreso en la cárcel.