Uno de los principales puntos de desacuerdo entre taxistas y Govern es el impacto que sobre los primeros va a tener la creación de cinco líneas de autocar para enlazar el aeropuerto con las zonas de Cala d'Or, Cala Millor, Paltja d'Alcúdia, Santa Ponça y Magaluf.

En opinión del citado colectivo profesional, el proyecto del Govern supone duplicar servicios ya existentes desde la estación intermodal de Palma y generar un daño innecesario a sus intereses, alegando la enorme dependencia que tienen de sus ingresos del verano debido a la escasez de trabajo en invierno.

Sin embargo, el Govern "niega la mayor", según destaca el director general de Transportes, Jaume Mateu, que esgrime la necesidad de reforzar el transporte público colectivo al tiempo que recuerda que Son Sant Joan es uno de los pocos aeropuertos turísticos sin conexiones directas con otros municipios. Pero además, Mateu rechaza con contundencia que ello vaya a suponer un perjuicio económico para los taxistas, alegando que la cifra de pasajeros que harán uso de los citados autocares será mínimo en relación a todos los que llegan a Palma.

Los taxistas esgrimen entonces que lo que pretende hacer el Ejecutivo balear es dar a los turistas un servicio que no se ofrece a los residentes, a los que sí se hace llegar hasta la intermodal palmesana para llegar a sus pueblos. Esta afirmación explica los últimos cambios que la Conselleria prepara en sus planes, y que consiste en que los nuevos buses turísticos paren también en las poblaciones de más de 15.000 habitantes (como Manacor, Inca o Llucmajor) para que también los isleños hagan uso de estos nuevos servicios regulares.