La sentencia del caso Nóos coincidirá, si se cumplen las previsiones, con la convalecencia del juez José Castro, instructor del sumario desde 2010 hasta 2015. que se ha sometido a una intervención quirúrgica. De forma paralela Pedro Horrach, que participó en la instrucción y fue el fiscal, junto a Ana Lamas, en la larga vista oral está pendiente de que se dicte la sentencia para poder abandonar el ministerio público y ejercer como abogado experto en penal económico y tributario.

La cúpula de la fiscalía general del Estado y de la fiscalía anticorrupción han ordenado a Horrach que aplace su excedencia para preparar el recurso de casación ante el Tribunal Supremo de la sentencia de Nóos.

Horrach se conoce al dedillo este asunto y domina las estrategias procesales del resto de partes, defensas y otras acusaciones, especialmente Manos Limpias, el inactivo sindicato de funcionarios investigado por corrupción en la Audiencia Nacional.

Pedro Horrach, al igual que la abogada del Estado Dolores Ripoll y los letrados del Govern, han pedido la libre absolución de doña Cristina de los delitos fiscales que le imputa Manos Limpias.

El sindicato está muerto y es muy improbable de que en caso de absolución de la Infanta recurra en casación ante el Tribunal Supremo para pedir su condena. Virginia López Negrete, la letrada de Manos Limpias, está desconectada del sindicato, cuyo presidente, Miguel Bernad, ha pasado varios meses preso por supuesta pertenencia a una trama de chantajes. Bernad es sospechoso de pedir dinero para retirar la acusación contra la Infanta.