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Sanidad

Enfermos renales reclaman que no se externalicen los tratamientos de diálisis

El Servei de Salut revela que este año prevén derivar a 233 pacientes a centros sanitarios privados

Una imagen de un paciente recibiendo un tratamiento de hemodiálisis en un hospital. Angelika Warmuth/EFE.

Un grupo de enfermos renales sometidos a tratamientos ambulatorios de diálisis reclama al Servei de Salut que desista de externalizar estas terapias en los hospitales de Son Espases, Son Llàtzer y el comarcal de Inca. Esta medida, pendiente aún de ejecución, prevé que los tratamientos de diálisis que en estos momentos estarían recibiendo más de doscientos pacientes en los citados hospitales públicos pasen a ser realizados por clínicas privadas, entre ellas la Policlínica Miramar.

Desde el Servei de Salut, su director asistencial, Nacho García, confirmó que parte de estos pacientes serán derivados a la Policlínica Miramar, los enfermos más estables que hasta ahora estaban siendo tratados en Son Espases, mientras que los pacientes de estas mismas características hasta ahora dializados en Son Llàtzer y del comarcal de Inca pasarán a ser atendidos en el centro especializado Diaverum, precisó.

El director asistencial señaló que este concierto, por valor de 25 millones de euros, comienza este mismo año y tiene una duración prevista de cuatro prorrogables a dos más. En este primer año del concierto, añadió, se prevé derivar a 33 pacientes del comarcal de Inca, a 67 del hospital de Son Llàtzer y a 133 de Son Espases. En total, 233 pacientes serán tratados de sus insuficiencia renal en estos centros privados.

"Nos va la vida en ello"

Uno de estos pacientes que se encuentran actualmente en tratamiento de diálisis en un hospital público justificó su protesta por esta nueva externalización de servicios asistenciales que antes realizaba la sanidad pública balear al ámbito sanitario privado en que "nos va la vida con la diálisis. Si no recibimos estos tratamientos, morimos. Son nuestra conexión con la vida".

En una misiva publicada hoy por este diario, hasta seis enfermos renales que reciben estos tratamientos se preguntan por los motivos por los que, si los acuerdos de gobernabilidad suscritos en esta legislatura contemplaban reducir de manera progresiva los conciertos sanitarios, se sigan derivando estos tratamientos a la sanidad privada descapitalizando progresivamente los recursos sanitarios públicos. "¿Cómo puede ser que el hospital de Son Espases esté reduciendo la unidad de diálisis? ¿Por qué no se ha hecho previsión de plazas en un hospital que hace tan poco que se construyó y que nos falta tanto por pagar?", se cuestionan los enfermos.

El colectivo afectado por estos nuevos conciertos recalca que, para ellos, es fundamental ser atendidos en los hospitales públicos porque su enfermedad lleva asociadas muchas complicaciones entre las que citaron subidas del nivel de glucosa en sangre, cardiopatías, problemas de circulación y óseos, complicaciones puntuales de líquidos en los pulmones o subidas de potasio.

Este es la principal causa por la que necesitan sentirse arropados por un hospital público que les garantice una rápida atención en caso de padecer alguna de estas complicaciones. "Si estoy recibiendo el tratamiento de diálisis en la Miramar y tengo algún otro problema de salud asociado tendré que pedir cita con el especialista y completar todo el lento circuito asistencial. Muy diferente si el que me deriva a otro profesional es mi propio nefrólogo de Son Espases, proceso mucho más ágil y menos molesto para nosotros", recalcan los afectados.

No hay que olvidar que una sesión de diálisis obliga a estar unas 4 horas conectado a una máquina tras las cuales el cuerpo no está para gestionar citas médicas.

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