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Perfil

Baltasar Picornell, un presidente republicano

La destitución de Xelo Huertas supondrá para Picornell (Podemos) alcanzar un cargo que nunca imaginó para él...

Baltasar Picornell será elegido el martes presidente del Parlament. MANU MIELNIEZUK

Republicano, antitaurino y carpintero metálico. Pasea por los pasillos del Parlament con bambas y en camiseta. Y con la melena de la que presume, por supuesto, esa que no llama la atención en la calle pero sí en la Institución. La Institución con mayúsculas, un lugar en el que alguien como Baltasar Picornell resulta estridente, inapropiado, en medio de los colores discretos y el esfuerzo por presentar una imagen lo más neutra posible. En el monocolor estético predominante en la Cámara balear, David Abril (Més) ejercía de rompedor oficial con sus camisetas con mensajes habitualmente contra el PP. La llegada del diputado de Podemos le destronó, en este caso sin intencionalidad reivindicativa: sencillamente él viste así.

Empiezo este perfil de quien el martes se convertirá en la segunda autoridad de la Comunidad Autónoma escribiendo sobre su aparencia porque, en el fondo, es lo que provoca mayor estupefacción en el mundo político oficial. El líder de Podemos, Alberto Jarabo, colocó en una trampa a sus socios de legislatura al plantear que su rechazo a Picornell se debía a su profesión como carpintero metálico. De inmediato se vieron obligados a aclarar que en absoluto, sin poder decir públicamente los motivos por los que consideran que, en el poco banquillo que le queda al grupo parlamentario de Podemos para elegir, Picornell es el que menos se ciñe a sus preferencias. Tampoco tiene que ver con que carezca de estudios superiores, algo que no fue un hándicap para que los populares Pere Rotger y Marga Durán, por ejemplo, alcanzaran la presidencia de la Cámara.

Eso sí, la apariencia de Rotger y Durán se ceñía al criterio de la discreción. Y eran políticos profesionales, como todos los que hasta ahora han ocupado el cargo, incluida Xelo Huertas. En algunos casos, ni los estudios superiores ni la profesionalidad política han garantizado la honorabilidad que se presupone para el máximo representante de la Institución, con mayúsculas. Recuerden a Maria Antònia Munar.

Activista de izquierdas

Picornell no es un profesional de la política, lo cual en estos momentos suma más de lo que resta. Nacido en Felanitx, en agosto de 1977, y padre de dos hijos, su madre falleció en el parto y fue criado por sus abuelos maternos. Su abuelo, especialmente, le transmitió lo que significó la Guerra Civil, el franquismo, la ausencia de libertad, las dificultades de una familia humilde y la falta de oportunidades. A los 17 años de edad, comenzó a trabajar. Para entonces ya era un republicano convencido. Fue coordinador en Balears de Unión por la Tercera República, apoya a Unidad Cívica por la República Balears (UCxR), participa en Assemblea Republicana de Mallorca y colabora con Memoria Histórica.

Ese era su bagaje político, el de un activista de izquierdas republicano, hasta que en 2014 ingresó en Podemos, en cuyas primarias por la dirección del partido en las islas formó parte de la candidatura Entre Illes Podem, encabezada por Miquel Mascaró, perdedora frente a la de Jarabo. A pesar de ello, entró en el Consejo Ciudadano de Podemos Balears y para las elecciones autonómicas de 2015 ocupó el quinto puesto de la candidatura del partido al Parlament por Mallorca. Lo consiguió.

El 18 de junio de 2015 Picornell tomaba posesión de su escaño pronunciando una larga declaración de intenciones: "Por imperativo legal, prometo hasta que se abran procesos constituyentes y las leyes fundamentales sirvan a las clases populares y no a las élites económicas y políticas. Trabajaré también para defender nuestra lengua y cultura, parar la continuidad del regimen bajo el nombre de monarquía parlamentaria, restablecer los valores democráticos que un día tuvimos los ciudadanos como República y recuperar la memoria de los que en su día dieron su vida por defenderlos".

En la sala de plenos, especialmente en la bancada popular, las expresiones al escucharlo oscilaban entre la ofensa y la sonrisa irónica. Del activismo político a un cargo institucional. Cosas de la democracia. Laura Camargo, portavoz parlamentaria de Podemos, se encargó esta semana de tranquilizar respecto a cómo ejercerá la presidencia: Balti seguirá siendo republicano, pero no pondrá en "tela de juicio" que la Familia Real pase sus vacaciones en Mallorca y asistirá a los actos institucionales como presidente.

El día que tomó posesión de su escaño, Picornell leyó su larga promesa. En sus intervenciones posteriores ha demostrado que, al menos por ahora, lo suyo no es la oratoria. En los gestos se maneja mejor, como demostró el día en el que el pleno del Parlament derogó la Ley de Símbolos del Govern Bauzá, cuando al acabar su intervención se dirigió con una sonrisa al escaño de la portavoz popular, Marga Prohens, y le regaló una camiseta verde de Crida.

Dejando a un lado su limitada oratoria, en Podemos sostienen que Picornell es uno de sus diputados que mejor han entendido que el trabajo institucional tiene poco que ver con la política de consignas que practicaba con convicción. Se ha preparado a conciencia los asuntos en los que ha trabajado, como la Ley de Bienestar Animal o el proyecto para la Ley de Memoria Histórica, y a pesar de su inexperiencia ha presidido con corrección la comisión parlamentaria de Medio Ambiente y Ordenación Territorial. El próximo presidente se ha aprendido el Reglamento del Parlament, algo de lo que no pueden presumir todos los diputados.

"Es cierto que es un poco ingenuo", admiten en Podemos. Una forma de admitir la falta de tablas. Y también una característica que puede facilitar el tutelaje por parte de Jarabo, algo más difícil que con otros diputados del grupo. En las cuestiones de calado, más allá de los gestos, Picornell es uno de los parlamentarios de Podemos con menos riesgo de que actúe como un verso suelto.

El primer presidente de la Cámara balear, Antoni Cirerol (Alianza Popular, actual PP) alabó a Franco en sus primeras declaraciones. El martes, casi 34 años después, Baltasar Picornell (Podemos), de Felanitx, republicano, antitaurino y carpintero metálico, se convertirá en el undécimo presidente del Parlament y el primero auténticamente republicano.

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