Ya no hay dudas de que el diputado de Podemos Baltasar Picornell se convertirá dentro de una semana en presidente del Parlament, después de que PSIB y Més tuvieran que levantar su veto para no poner en riesgo el Pacto. Con su elección se pondrá fin, al menos formalmente, a un conflicto que comenzó como una crisis en Podemos y cuya evolución ha tenido como consecuencia que afloraran los recelos entre los partidos del Pacto, cuyos dirigentes han mostrado en sus declaraciones la desconfianza que existe entre los socios de legislatura.

PSIB, Podemos y Més se reunieron de nuevo ayer por la noche para cerrar un acuerdo, antes de que hoy la Mesa del Parlament incluya en el orden del día del pleno del próximo martes la elección del presidente de la Cámara. Han pasado tres meses desde que se iniciara la crisis en Podemos, con Huertas primero expedientada y luego expulsada del partido junto a la diputada Montserrat Seijas, pero los socios del Pacto no han logrado cerrar un acuerdo hasta ahora. La exigencia de PSIB y Més a Podemos de que debía garantizar la estabilidad en el Parlament ha sido una constante y la justificación para mostrar su rechazo a Picornell, hasta que el pasado jueves el líder de Podemos, Alberto Jarabo, dejó claro que o lo aceptaban o se rompía el Pacto.

Las declaraciones ayer en los pasillos del Parlament mostraban de nuevo estos recelos. Así, el portavoz de Més, David Abril, exigía al partido morado "lealtad" y afirmaba que "Podemos no es la vanguardia del Pacto, es el talón de Aquiles del Pacto". Laura Camargo, portavoz de Podemos, se esforzaba mientras en defender la figura de Picornell. "No dejará de ser republicano, pero ejercerá como representante de todas la fuerzas políticas", afirmaba Camargo.

En la sala de plenos, la presidenta del Govern, Francina Armengol, tuvo que responder a una batería de preguntas de la oposición sobre esta crisis, que intentó separar de la gestión del Ejecutivo y la estabilidad de los acuerdos por el cambio suscritos por PSIB, Més y Podemos. "No me gusta esta situación, pero tengan paciencia", pidió a la oposición insistiendo en que el próximo martes se elegirá al presidente del Parlament. Insistió en que esta crisis no está afectando a su Govern e intentó circunscribirla a una cuestión que está sólo en manos de los grupos parlamentarios, hasta el punto de extender a "todos los grupos" la responsabilidad. "El Govern ha de mantener una posición de neutralidad y que los grupos solucionen", afirmó.

La oposición rechazó cualquier responsabilidad en lo ocurrido y arremetió contra Podemos con la acusación común de que "no son de fiar", según resaltaron Xavier Pericay (Ciudadanos) y Jaume Font (El Pi). El enfrentamiento más tenso, no obstante, se produjo con la portavoz popular, Marga Prohens. "¿Hasta dónde piensa llegar para mantener su silla en el Consolat?", preguntó a Armengol, a quien ofreció elegir como presidenta del Parlament a la exconsellera popular Nuria Riera, lo que provocó una sonora carcajada en la bancada de la izquierda. "O sea, que era la silla lo que usted quería, señora Prohens" replicó con ironía Armengol, para acusar acto seguido al PP de utilizar esta crisis para sacar "rédito político" y lanzar un duro ataque a los populares recordando la corrupción. "Yo he pedido perdón por esta crisis, pero ustedes ¿qué dicen de los cinco años que pide la fiscalía para Jaume Matas y José María Rodríguez?", espetó a Prohens.