Diario de Mallorca

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La fiesta en paz

Cuando rugen los tractores mallorquines

Company, al frente de los tractores en 2009. S. Sansó

El ruido de sables del que tanto se hablaba en los años de la transición española ha desaparecido. Gracias a Dios y a la Democracia. En cambio, hay un fenómeno sonoro que renace en Balears cada vez que gobierna la izquierda: el estruendo de los tractores. El pasado martes los motores rugieron en Ariany, unos 50, para protestar por el retraso en el pago de las ayudas europeas, por la falta de medidas para evitar la propagación de la Xylella fastidiosa y para criticar la ineficaz respuesta ante las inundaciones -hace apenas unas semanas lamentaban la inactividad para afrontar la sequía-.

La historia y la fotografía de los asistentes a la reivindicación de la gente del campo demuestran que la protesta no tenía objetivos agrarios sino políticos. La duda es si los agricultores expresaban una posición de fuerza ante Francina Armengol y su conseller de la cosa agraria, Vicenç Vidal; si mostraban su apoyo a Biel Company en su campaña para presidir el PP o si pretendían influir en ambos asuntos a la vez.

Lideraban la revuelta 'foravilera' Joan Company y Joan Simonet, presidente y gerente, respectivamente, de Asaja. El primero es, además, hermano del otro Company, del que aspira a dar el salto desde el PP al Consolat de la Mar. El segundo fue director-gerente del Fogaiba cuando el otro Company dirigía la conselleria de Agricultura. De hecho fue la única imposición del conseller a un José Ramón Bauzá al que gustaba elegir personalmente hasta a los jefes de prensa. En Ariany se decía al PP y a Armengol, "estos son mis poderes", "estos son mis tractores". Estos son los argumentos del aspirante a dirigir a los populares en el asalto al Consolat de la Mar en 2019.

Son curiosos los trasvases entre la patronal agraria de jóvenes agricultores -no es sarcasmo, es lo que dicen sus siglas- y el Consell de Govern. Tomàs Cortés fue presidente de Asaja, conseller de Agricultura en el Govern de Jaume Matas y volvió a la asociación hasta que se enemistó con Biel Company.

El político de Sant Joan también fue líder de Asaja antes de acceder a la conselleria del ramo en el Govern de José Ramón Bauzá. Ahora apunta más alto, a la presidencia del Govern, aunque para lograrlo deberá derrotar primero a su exjefe en el Ejecutivo y después a la coalición de izquierdas.

Joan Simonet ha dado el salto de un puesto secundario en el Govern a ser la cara pública de Asaja. Son pocos quienes cuestionan que si Company logra sus objetivos tendrá un asiento en el Consell de Govern.

También la historia avala el carácter eminentemente político de las tractoradas. Salidas de las máquinas contra los dos gobiernos de Antich y el de Armengol: al menos seis. Convocadas durante -ojo, el durante es importante- los gobiernos de Cañellas o Matas: una... contra Rodríguez Zapatero por la subida del precio del gasóleo. Cuando gobierna la derecha las subvenciones de Europa llegan raudas a los bolsillos de ganaderos y agricultores, no sube el gasóleo, no hay sequía ni inundaciones y las plagas se asustan tanto que no osan atacar los cultivos.

La más sonada de las tractoradas fue la convocada el 29 de abril de 2000. El Govern de Antich llevaba apenas diez meses en el Consolat de la Mar y lo que entonces se llamaba Federación Agrícola Ganadera Balear sacó a las carreteras mallorquinas 130 tractores. "El campo ya no da para vivir", "las subvenciones no llegan" o "tendremos que comernos las vacas", fueron algunos de los motivos de la protesta que esgrimieron los tractoristas. Tanta desgracia en menos de un año. En cualquier caso, la crisis fue aprovechada por el PSM para un ajuste de cuentas interno. Mateu Morro liquidó al conseller Joan Mayol y se sentó en su lugar.

En 2009, durante el segundo Govern de Antich, es el propio Biel Company quien se pone al frente de los tractores para, es textual, que la Conselleria "quite la política del sector [agrario]".

Es una evidencia: cuando en Mallorca rugen los tractores, gobierna la izquierda. En 2017, vuelven a sonar para conquistar sus objetivos políticos.

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