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Aparcamiento

Hospital de Son Espases: un parking, dos raseros

El aparcamiento del centro sanitario de referencia ya se ha quedado pequeño y es habitual dar vueltas y más vueltas en busca de una plaza inexistente. Tanto los usuarios como los trabajadores, hartos, optan por aparcar irregularmente. Pero la grúa solo retira los vehículos mal estacionados de los empleados públicos

Aparcar en el hospital de Son Espases no solo resulta caro. También se ha convertido en una acción cada vez más complicada. La aglomeración de vehículos se ha generalizado en todo el aparcamiento, en la zona exterior y en las dos áreas subterráneas, la de pago, denominada de rotación, y la gratuita reservada para los trabajadores. Estacionar hoy en el hospital de referencia requiere no solo rascarse el bolsillo, sino también armarse de paciencia.

Apelando al reglamento de uso y funcionamiento del aparcamiento elaborado por la propia concesionaria, ésta ha adoptado drásticas medidas para intentar atajar la proliferación de vehículos mal estacionados en la zona reservada para los trabajadores.

"En el supuesto de encontrar un vehículo de un trabajador mal estacionado, el personal de control (...) llamará al trabajador y/o enviará un sms para que retire el vehículo de forma inmediata. Si en el plazo máximo de una hora no acude a retirarlo, el personal de control (...) llamará a la grúa para que lo retire. La situación será registrada mediante formato fotográfico. En caso de reincidencias, es decir, en caso de producirse dicha situación en más de una ocasión en un periodo de un año, se podrá proceder al aviso directo de la grúa en las condiciones anteriormente descritas", reza el citado reglamento.

Y tal y como admite el IB-Salut a preguntas de este diario, "una de las principales causas de la retirada de vehículos es superar el aforo máximo del parking, lo que supone un evidente riesgo para los usuarios".

Sin embargo, con los vehículos estacionados incorrectamente en la zona de pago, la concesionaria actúa de manera sustancialmente diferente, tal y como admite sin rubor alguno en el citado reglamento: "Para evitar que los usuarios del parking de rotación aparquen de forma incorrecta, los trabajadores del servicio de aparcamiento colocarán carteles en los vehículos de aquellos usuarios que estén incorrectamente estacionados. Además, recomendarán el estacionamiento en el aparcamiento subterráneo donde existe un mayor número de plazas disponibles. En caso de que los vehículos entorpezcan el tráfico de forma considerable se avisará a la policía para que actúe".

En definitiva, los coches mal aparcados que no pagan por estacionar, son retirados por la grúa. A los mal estacionados que pagan, se les reconviene con una simple nota.

También resulta cuando menos chocante que en la zona gratuita reservada para los trabajadores -el parking de Son Espases dispone de un total de 2.392 plazas de estacionamiento de las que 944 se reservaron para que los trabajadores aparcaran gratis- la autoridad competente sea la propia concesionaria mientras que en la zona de pago sea la Policía Municipal quien detente este derecho.

El propio IB-Salut, a preguntas de este diario, confirmó este hecho. "El aparcamiento de los trabajadores tiene consideración de aparcamiento privado y como tal, no puede intervenir la grúa municipal (para retirar los vehículos mal estacionados). En el parking de usuarios es la Policía Local y, en su caso, la grúa municipal, quien tiene la competencia", respondió añadiendo que tiene constancia de que agentes de la Policía Local se han personado en más de una ocasión para poner multas por aparcar en lugares reservados a minusválidos.

Consultada la Policía Local de Palma sobre esta aparente contradicción, confirmó que un aparcamiento privado solo tiene consideración de vía pública y, por tanto, abierto a su actuación, cuando accede a él una colectividad indeterminada, circunstancia que en el caso de Son Espases solo cumpliría la zona de pago, no la reservada de forma gratuita para los trabajadores.

Pero los vehículos mal estacionados que impiden una fluida circulación ya se han convertido en una circunstancia común en las dos zonas, tanto en la de pago como en la de los empleados.

Aunque, en la primera de ellas, ver a una grúa municipal retirando un vehículo mal aparcado resulta una imagen muy infrecuente, por no decir inédita.

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