Vicenç Vidal es el conseller del Govern que más en la cuerda floja está en estos momentos. A las críticas del sector agrario se unen voces dentro del propio Govern que ven falta de rapidez a la hora de concretar y habilitar medidas para hacer frente a las inundaciones y a cómo ha gestionado la política de comunicación sobre la mortífera plaga de la Xylella fastidiosa.

No obstante, el conseller aseguró ayer que se sentía "fuerte y respaldado por mi partido" para seguir al frente del departamento. Asimismo añadió que también tiene el apoyo de todo el Govern.

No obstante, Vidal lleva días luchando para limpiar su minada imagen pública. Programa varios actos cada día y no se cansa de mandar mensajes esperanzadores. Pese a ello, al conseller de Medio Ambiente y Agricultura se le observa muy nervioso. Ayer en el Parlament protagonizó un episodio que demuestra la presión que está sufriendo Vidal a raíz de los numerosos conflictos agrarios que se le acumulan.

Vidal debía contestar una pregunta del PP sobre la Xylella en el Parlament. Cuando terminó salió a toda velocidad, casi corriendo, y varios de sus asesores lo llamaban para que se parase. El titular de Agricultura seguía sin inmutarse su rápida carrera por los pasillos de la Cámara balear. La imagen dejó extrañados a muchos de los presentes y lo achacaron el nerviosismo que está viviendo Vicenç Vidal con la amenaza de los tractores sobre su cabeza.