-Para que se haga cargo del tipo de entrevista: “¿La economía es una ciencia para ricos?”

-No necesariamente, las clases trabajadoras han mejorado a lo largo de la historia. Ahora bien, el conocimiento en general suele ser especialmente apropiado por las clases poderosas, y el económico con más motivo.

-Intentaré no ser tan brusco como Eduardo Inda.

-No creo que se pueda comparar. Acudí a La sexta noche por mi editorial, me levanté porque es solo espectáculo, con una persona que respondía a cualquier cosa que yo dijera dándome una patada en un trasero que no era el mío. España necesita diálogo, no enfrentamiento.

-¿Esperaba el revuelo que se armó?

-No. Tuve un gesto de impacto en directo, no pensé que hubiera un estado de opinión tan colectivo en contra de las cosas que pasan en estos programas. Es televisión espectáculo, golpes verbales sin posibilidad de réplica.

-Estos chicos de Podemos no aprenden.

-Mi papel no es hacer que aprendan. Me preocupa menos que no aprendan política a que aprendan a robar como hacen los otros.

-¿Por qué redactó usted un programa electoral?

-Estudié con becas, la sociedad me pagó y me dio la oportunidad de formarme. Por tanto, pongo mi conocimiento a disposición de cualquiera que me lo pida.

-¿Si Podemos se disuelve surgirá otra cosa?

-Imagino que sí. Los partidos nacen como expresión de demandas sociales, y todavía hay mucha gente no completamente identificada con ningún sujeto político. Es difícil concluir que el mapa político está plenamente consolidado, vista la imposibilidad de diálogo.

-¿Trump significa el fin de la democracia?

-No. Desgraciadamente y como dijo Habermas, la democracia se empezó a desmantelar hace tiempo. Trump es la consecuencia de este desmantelamiento.

-¿Trump resiste un análisis económico?

-Sí, pretende dar satisfacción a un capitalismo más nacional, más apegado a un tipo de negocio y quizás menos financiero. Casa con las expectativas del gran capital norteamericano, por eso sube la Bolsa.

-Si Trump anula el TTIP, algo bueno debía tener este tratado comercial.

-El TTIP era un desastre para los pueblos, para las empresas que crean riqueza y para la democracia, porque impone la voluntad de las grandes multinacionales. Hubiera preferido que el TTIP se frenara por otras razones, pero bienvenido sea su final aunque sea por Trump. Es una consecuencia positiva de su mandato.

-’Economía para no dejarse engañar por los economistas’ presupone el engaño.

-Por parte de algunos economistas, desde luego. El engaño más llamativo hoy dice que “el problema económico básico es la escasez”, cuando hay recursos de sobras pero están mal distribuidos. Tampoco son científicos enunciados como “hay que bajar salarios para crear empleo” o “hay que bajar salarios para ser más competitivos”. Obedecen a prejuicios.

-A usted ya le gobierna Susana Díaz.

-Lo sé, quizás echo en falta que se dedique más a gobernar Andalucía en vez de otras cosas. Susana Díaz sería muy negativa para el PSOE y para España.

-¿Está orgulloso de haber creado a Alberto Garzón?

-Anduvo conmigo los primeros pasos, será una persona muy importante para la historia de España.

-¿Es imposible acabar con los paraísos fiscales?

-Es completamente posible, con una presión social para recuperar la decencia de la vida económica, pero hay que recordar que nos enfrentamos al nido donde ponen sus huevos las aves más poderosas de la tierra: Bancos, grandes criminales y traficantes que se sienten cada vez más acorralados.

-¿Cuántas ilegalidades conservan las hipotecas?

-Los préstamos bancarios de los últimos años son un exponente de negocio sucio y avaricia. El poder de los bancos es extraordinario, y confían en restañar sus heridas y sus patrimonios.

-A usted le cuesta sonreír.

-A veces tengo una expresión un tanto seca, pero la sonrisa va por dentro. Soy tímido, me cuesta enfrentarme a las cámaras y ofrezco un semblante serio.

-Orwell: “Las personas sin dinero no escapan a él”.

-Ninguno de nosotros puede escapar a un medio que hace la vida más fácil. El problema es cuando el dinero se convierte en lo que Shakespeare llama “la prostituta universal”.

-¿Peligran las pensiones, se pregunta su libro?

-Si los salarios siguen bajando, sin duda. Si los salarios se mantienen o suben en porcentajes dignos, no tienen por qué peligrar. Ni siquiera con el envejecimiento de la población.

-¿Es posible que usted esté equivocado?

-Naturalmente. Ortega decía a los profesores que “cuando enseñas, enseña a su vez a dudar de lo que enseñas”. No adoctrino, trato de cultivar la duda.