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Salud

Un año sin fumar un porro

El cannabis, principal droga que se trata en la Unidad de Conductas Adictivas, un recurso del Servei de Salut para jóvenes de entre 14 y 21 años

Una sesión grupal celebrada recientemente en la UCA Jove en la que participaron usuarios, familiares y el personal que atiende. Caib

"Hoy en día, el cannabis es la principal droga que tratamos", responde sin margen para la duda Juan Manuel Alonso, médico coordinador del Centro de Atención de Drogodependencias dirigido a jóvenes de entre 14 y 21 años (CAD Jove), un recurso público al que pueden recurrir tanto jóvenes como familias con esta problemática. "Lamentablemente, somos poco conocidos, pese a que el pasado mes de noviembre cumplimos nuestro décimo aniversario. La gente cree que solo puede tratarse estas adicciones en Projecte Home o en la Capistrano. Y también existen recursos públicos", explica el responsable de este centro que ha cambiado su denominación desde comienzos de año para pasar a llamarse Unidad de Conductas Adictivas para Jóvenes (UCA Jove) por la sencilla razón de que las nuevas tecnologías han irrumpido con fuerza y también son tratadas en este recurso asistencial. UCA Jove, explica Alonso, atiende a toda la población menor de Mallorca aunque el Institut Mallorquí de Afers Socials (IMAS) cuenta con cinco UCAs diseminadas por Inca, Manacor, Palma (periferia), Calvià y el Migjorn. "Se trata de unidades pensadas para atender adicciones en adultos, pero como algunos menores de los pueblos tienen dificultades para desplazarse hasta Palma -UCA Jove está ubicada en la calle Fábrica del barrio de Santa Catalina-, también admiten a menores si es necesario", recalca este médico de familia que, con los años, se ha ido especializando en tratar estos trastornos.

Alonso admite que del consumo del cannabis entre los más jóvenes sale la mayor parte de sus usuarios. Cifras facilitadas con motivo del décimo aniversario de este recurso asistencial público -depende administrativamente de la Gerencia de Atención Primaria de Mallorca- revelan que entre 2013 y 2015 se realizaron un total de 5.751 actuaciones con sus usuarios. Y el cannabis fue el motivo de 3.839 de ellas, el 66,7% del total. Multas por consumo en la calle Y revela que muchos de ellos llegan al centro tras haber sido multados por haber consumido la sustancia en la vía pública. "Nos llegan derivados desde Delegación de Gobierno o el Ayuntamiento de Palma, principalmente. Una multa por consumo en la vía pública asciende a unos 600 euros, aunque se les da la oportunidad de condonarla asistiendo a nuestros tratamientos", explica el coordinador de UCA Jove. La multa se mantiene activa, con la posibilidad de ser remitida y cobrada, hasta que al infractor se le da el alta terapéutica. Y este alta solo se libra tras acreditar un año entero sin consumo de cannabis. "Si abandona el tratamiento, se le cobra la multa", precisa Alonso. "Nuestros pacientes son sometidos a controles periódicos de orina en los que se detecta el consumo de todo tipo de sustancias. El problema con el cannabis es que los análisis siguen dando positivo hasta el mes posterior al último consumo. Este circunstancia resulta muy frustrante para los jóvenes, que ven que pese a que llevan más de dos semanas sin probarlo, sus análisis siguen siendo positivos", lamenta el facultativo coordinador de esta unidad, que añade que en ocasiones una simple recaída tras varios meses de abstinencia obliga a reiniciar todo el proceso. Recuerda un caso reciente de un paciente de dieciséis años desesperado porque sus analíticas daban positivas pese a su firme determinación de dejarlo. "La pasada semana cosechó su primera analítica negativa. Y su cara de satisfacción no tenía precio", se regodea el facultativo.

Estadística de los últimos diez años de UCA Jove.

Preguntado sobre las causas de este elevado uso del cannabis entre los más jóvenes, Alonso concluye que hay una creencia extendida de que se trata de una sustancia inocua, como ocurre con el alcohol o el tabaco, y que en ocasiones se piensa que su consumo es incluso beneficioso. Y advierte de que está más que demostrado que el cannabis es la puerta hacia el consumo de otras drogas como las pastillas o la cocaína. "Casi todas las personas que consumen otras drogas han comenzado por el cannabis", alerta. "Dásela a tu hermano pequeño" El médico coordinador revela que muchos menores se agarran a este argumento para minimizar los riesgos de su adicción y que se lo rebaten preguntándoles el motivo por el que, si es una droga tan buena e inocua, no se la ofrecen a su hermano pequeño. "Con este ejemplo, se escandalizan porque en realidad no quieren ver a su hermanito en esa situación y toman conciencia de su problema. Y cuando consiguen dejarlo, comparan su estado actual con su comportamiento anterior y valoran las diferencias", asegura el especialista. El cannabis también está detrás de muchos de los problemas que aquejan a la juventud de las islas. "Provoca lo que conocemos como síndrome amotivacional. Les resta energía en unas edades en que deberían comerse el mundo. Y atribuyen su apatía a que no les gusta el colegio o los estudios, cuando en realidad es debida al consumo de esta droga. El cannabis está muy relacionado con el fracaso escolar", advierte Juan Manuel Alonso. Dejar el hábito lleva aparejado inicialmente efectos colaterales como insomnio, falta de apetito o depresiones que poco a poco se superan y se comienza una nueva vida más plena y activa. Aunque no es un camino fácil. Alonso concluye que conseguir un alta terapéutica -un año sin consumo certificado por las analíticas quincenales- se logra despues de un promedio de entre dos y cuatro años de esfuerzos y recaídas.

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