­La sala segunda de la Audiencia de Palma ha archivado una de las dos causas penales por abusos sexuales abiertas contra Antoni Vallespir, el sacerdote que durante años estuvo al frente de los blauets de Lluc, el monasterio del mismo nombre y la parroquia de Es Secar de la Real. El tribunal declara prescritos los presuntos delitos porque la víctima, un hombre que fue miembro de esa escolanía y estuvo interno en Es Secar, tardó más de diez años en denunciar el caso desde que cumplió la mayoría de edad.

La jueza de instrucción 5 de Palma, que instruyó esa causa a raíz de la denuncia de la presunta víctima, ya archivó el caso al entender que no se podía llevar a juicio por haber prescrito los hechos.

No obstante, el denunciante recurrió el sobreseimiento alegando que los delitos habían sido más graves que unos simples abusos sexuales, dado que el sacerdote habría usado intimidación para vencer su voluntad.

Los presuntos abusos ocurrieron entre 1993 y 1998, cuando el denunciante era un niño y más tarde cuando, ya adolescente, residió en el monasterio de Es Secar.

De acuerdo con la víctima, el padre Vallespir le inspiraba mucho temor porque en Lluc había visto cómo castigaba y maltrataba a otro niño de los blauets.

Esa situación le produjo una parálisis que le impidió oponerse o reaccionar cuando el sacerdote supuestamente abusaba de él.

El tribunal descarta la existencia de intimidación y recuerda que para que exista esa circunstancia agravante en los delitos sexuales se requiere "una amenaza, entendida como el anuncio, ya expreso o tácito, de un mal inminente, grave y real, en el sentido verosímil, capaz de doblegar la posible resistencia y oposición de la víctima a plegarse a los deseos sexuales y lúbricos del agresor".

El tribunal analiza cómo ocurrieron los supuestos abusos en Lluc, que habrían tenido lugar cuando el entonces niño dormía junto a otros compañeros en un pabellón. Los otros delitos denunciados habrían tenido lugar en la habitación que el entonces adolescente ocupaba en Es Secar.

Los magistrados destacan que la víctima, cuando ya estaba a punto de cumplir 18 años, se enfrentó a Vallespir y le dijo que parara de abusar de él.

Estas palabras sirvieron para que el exprior de Lluc desistiera de su conducta y no volviera a agredir sexualmente al joven, destaca el auto de la Audiencia para fundamentar también la ausencia de intimidación.

Posteriormente, el presbítero y el antiguo blauet siguieron siendo amigos.

El denunciante decidió contar los hechos en marzo del 2015, cuando pensó que Vallespir podía estar abusando de otros niños. Según el tribunal, la fecha de prescripción de los delitos fue en abril del 2008 o abril del 2013, según se apliquen los dos Códigos Penales vigentes cuando habrían ocurrido los abusos. Vallespir tiene abierta otra segunda causa penal por otros abusos a un menor que no habrían prescrito.