­La detección de más de 92 casos de la bacteria xylella en Balears preocupa a los agricultores, que ahora esperan conocer "la virulencia" de la plaga y su alcance. Lo que también inquieta a los colectivos agrarios es la aplicación de la normativa europea, que establece que por cada caso detectado debe arrancarse y quemarse toda especie susceptible de ser afectada por la bacteria en un radio de cien metros. Según, los agricultores, "sería un desastre a todos los niveles", por lo que esperan que "Europa sea sensible".

En este sentido señala el gerente de ASAJA, Joan Simonet, que asegura que "las consecuencias de hacer lo que pide la Unión Europea sería arrasar el terreno de forma masiva". Simonet recuerda que en Estados Unidos la bacteria lleva años afectando a la viña y no se han tomado "medidas tan drásticas". "En California conviven con ello. Esperemos que Europa sea sensible una vez ya está extendida por toda Mallorca", se muestra confiado el gerente de Asaja.

La sensibilidad que ahora reclaman los agricultores ante la detección de xylella en Balears, también fue exigida por el sector en la región italiana de Apulia, donde sin embargo, Bruselas acabó forzando a arrancar hasta dos millones de olivos por el hallazgo de la bacteria. "El caso de Italia no sirve como referencia, porque esto no es Italia", indica, no obstante, Biel Torrens, de Unió de Pagesos. "El protocolo debe aplicarse adaptado a la realidad de cada lugar", reclama Torrens, que apela a la insularidad como factor a tener en cuenta a la hora de aplicar el protocolo de Europa. De lo contrario, apunta que "sería un desastre a todos los niveles: pérdidas para los payeses, pérdidas para el paisaje, e incluso para el turismo".